La sequía obliga a siete capitales a beber agua de ínfima calidad
La sequía que padece media España obliga a bombear agua de pozos y ríos para cubrir situaciones de emergencia. El agua extraída en estas condiciones, y que se consume en Jaén, Madrid, Sevilla, Cádiz, Avila, Ciudad Real y Toledo, no es perjudicial para la salud, pero presenta una calidad ínfima desde el punto de vista sanitario. Las restricciones que afectan a estas ciudades pueden aumentar hoy en cuatro horas en Sevilla, que ya padece cortes en el suministro doméstico durante medio día. La situación se ha agravado en Ciudad Real y Toledo, donde se beberá desde hoy agua extraída del Tajo con unos contenidos de magnesio y sulfatos superiores a los establecidos por Sanidad.
Los toledanos notarán desde hoy que el agua que consumen tiene un sabor diferente. Las reservas de los pantanos de Guajaraz y el Torcón, que habitualmente almacenaban agua para abastecer durante dos años a la capital, están a cero o mezcladas con Iodos. El agua del Tajo contiene 54,92 miligramos de magnesio y 602,70 de sulfatos, unos parámetros superiores a los máximos autorizados por Sanidad (50 y 250, respectivamente). Pese a ello, las autoridades sanitarias autonómicas dan por salubres estos contenidos y elevan la proporción hasta unos máximos de 70 y 800 miligramos, por encima de los cuales su ingestión sería dañina. En la provincia de Ciudad Real, el pantano de Gasset, que surte a la capital, sólo dispone de 3,9 millones de metros cúbicos de los 41,7 que puede almacenar.El suministro de agua en Ávila se corta durante ocho horas cada noche, al igual que en Cádiz. En Jaén y en Madrid persiste la prohibición de regar jardines.
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Antonio Aragón, denuncia en declaraciones a EL PAÍS que se está tirando al mar cada año el 28,6% de los recursos del Ebro.
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