54 muertos al partirse un avión holandés durante el aterrizaje al sur de Portugal
"Era el tercer intento de aterrizaje. El viento soplaba con gran fuerza y el aparato se posó en el suelo con un estruendo enorme. Una de las alas se inclinó, rozando la pista. Sólo vi sangre por todas partes y oí gritos. Cuando salíamos explotó una parte del avión". Así narraba una superviviente los últimos segundos del vuelo MP-495 de la compañía aérea holandesa de charters Martinair, que se estrelló en la mañana de ayer en el aeropuerto de Faro, al sur de Portugal, durante la maniobra de aterrizaje. Murieron 54 ocupantes. Otros 283 resultaron heridos, y 3, ilesos.El aparato, un DC-10 de 17 años, había partido, pasadas las cinco de la madrugada del lunes, desde Amsterdam con 327 pasajeros y 13 tripulantes a bordo. Cuando terminaron las tareas de rescate, los cadáveres carbonizados estaban depositados en el cuartel de bomberos del aeropuerto, y los heridos, 31 de ellos en estado grave, habían sido ingresados en diversos hospitales.
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