El Deportivo sigue líder a pesar de su primera derrota, en Tenerife

El líder, el Deportivo de La Coruña, perdió ayer- su imbatibilidad en Tenerife en un partido accidentado -tres expulsiones en el primer tiempo-, que obligó a los jugadores de los dos equipos a un sobreesfuerzo físico. Una ingenuidad de Bebeto, que fue expulsado por agresión a Redondo, facilitó la ruptura de la racha triunfal del Deportivo. El equipo gallego, a pesar de su derrota, confirmó su excelente potencial, al exhibir con nueve jugadores en el campo un fútbol de gran calidad.El Tenerife, que comenzó hundido moralmente con un gol en contra, tardó en reponerse del jarro de agua fría al no deshacerse del lastre de timidez e inseguridad que afea su juego en casa desde que comenzó la Liga. Los locales, con la sombra de dos derrotas consecutivas hasta el partido de ayer, no parecieron beneficiarse de la ausencia de Bebeto y aguardaron estar en igualdad de condiciones numéricas tras ser también igualmente expulsado por el árbitro uno de sus defensas, Torrecilla, para empatar con la puntería de Chano.

A partir de ese instante cambió el rostro del partido. Pizzi, el goleador argentino del conjunto local, que permanecía inédito hasta ayer, resucitó en las inmediaciones de Liaño. Puso sobre el precario césped del Rodríguez López su mayor virtud, la rapidez con el balón en los pies, y creó ocasiones de gol. Fue Felipe, uno de los destacados, quien concretó esta superioridad antes del descanso.

Redondo, la estrella de los locales, subrayó por su parte, su clase. En la segunda parte del encuentro el jugador argentino, con una acción individual marcó la diferencia definitiva e hizo que regresara a las gradas del estadio la explosión de júbilo del público en forma de ola.

Un Deportivo disminuido numéricamente no se rindió en ningún momento. Pudo perder por una goleada mayor, pero también es cierto que dispuso de oportunidades para reducir su desventaja en el marcador ante un Tenerife que no encontró la concentración que pide Jorge Valdano, su entrenador. Al seleccionador nacional, Javier Clemente, espectador de excepción en el encuentro, le impresionó la capacidad de resistencia de los visitantes.