El dueño de un bar ahuyenta con un cuchillo a dos ladrones que le dispararon

El dueño de un restaurante de Hortaleza ahuyentó con un cuchillo de cocina a dos atracadores que pretendían llevarse la recaudación del domingo. Ceferino García, de 46 años, recibió un disparo en el pecho, pero hirió a uno de los cacos y se quedó con la escopeta.

Ceferino García, nacido en Asturias, estaba ayer fuera de peligro en el hospital Ramón y Cajal tras ser operado. Le habían disparado en el pulmón derecho."Mi padre es demasiado valiente. Tenía que haberles dado el dinero y punto", comentaba ayer Eva, de 18 años, en la cocina del bar Costa Verde, una sidrería que su padre abrió en la calle de Calasparra, en Hortaleza, hace nueve años. Su hermano Adolfo, de 15 años, asentía. Adolfo estaba con su padre, solos ya en el bar, pasada la media noche del domingo. "Nos íbamos ya. Entraron dos, una chica con el pelo castaño, como de 25 años, y un hombre con barba, de 35. Ella sacó una pistola y dijo que era un atraco". Adolfo se echó a reír porque a la mujer se le cayó la mitad del arma al suelo, "era de juguete". Pero su compañero no dejó lugar a dudas: "Esto es de verdad", y abrió el fuste de la escopeta de caza para mostrar el cartucho. "La recaudación". "Se la ha llevado el encargado", mintió Ceferino detrás de la barra.

Y después todo ocurrió rápido. El hijo colocó un cuchillo en el brazo a la chica y el padre salió de la barra a por el hombre. Luego sonó el disparo, que no tumbó a Ceferino. Se quedó con la escopeta y el cuchillo jamonero en la mano mientras los atracadores salían corriendo. "Dice mi padre que a uno le pinchó", aseguraba ayer Adolfo muy orgulloso mientras servía aperitivos en la barra, "no se llevaron ni un duro".

El bar Costa Verde, sitio de "buen reposo, cordialidad, buen vino y mejor codillo", según reza en el familiar nombramiento de Ceferino como mesonero mayor por unos amigos, seguía ayer sirviendo chorizo a la sidra a los parroquianos mientras su dueño se reponía en el hospital.