Dobrinja, el barrio muerto
Los civiles se han ido, las ropas han quedado tendidas en las cuerdas rotas al desmoronarse los edificios por la lluvia ensordecedora de bombas, granadas y misiles.Dobrinja, el barrio más castigado de Sarajevo, asiste agónico al aterrizaje de los aviones que por fin acarrean ayuda humanitaria a la asediada capital de Bosnia-Herzegovina. Las pistas se extienden a menos de 100 metros de los montones de escombros que hace unos meses fueron casas.
La guerra continúa en Dobrinja. Los combatientes serbios defienden sus posiciones, después de haber aceptado una tenue retirada para que el aeropuerto quedara bajo el control de las Naciones Unidas.
El comandante Pero Despotovic, procedente de las filas del Ejército federal yugoslavo y jefe de las fuerzas serbias que operan en la zona, no tiene un minuto de respiro. Su obsesión es evitar que los musulmanes bosnios se hagan con la zona aprovechando la desmilitarización del aeropuerto. Poco le importa lo que se dice de las atrocidades cometidas por sus fuerzas contra los indefensos civiles de un barrio que tuvo 40.000 habitantes, en su mayoría musulmanes. "Los otros también las cometen". Para Despotovic, sólo existe una razón, la lucha por la supuesta legitimidad de los serbios en la república de Bosnia-Herzegovina.
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