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La incertidumbre sobre la extensión de la alta velocidad genera discrepancias en Renfe

La incertidumbre sobre el futuro de la alta velocidad ferroviaria en España (falta de presupuesto para extender la red y dudas sobre el nivel de utilización de esta línea tras la Expo) ha propiciado abiertas discrepancias en Renfe. Según un alto cargo de la compañía, en los meses de noviembre y mayo, altos directivos de la empresa han mantenido "fuertes roces" con un sector de técnicos y directivos, partidarios de dedicar parte del material de alta velocidad contratado hace cuatro años (24 trenes AVE) a las vías convencionales.

La dirección de Renfe zanjó la disputa hace dos semanas con la decisión de aplazar "sine die" la recepción de ocho de los 24 trenes - innecesarios a la vista de las dificultades para extender la alta velocidad- y dedicar los 16 restantes a la línea Madrid-Sevilla. A cambio del aplazamiento, Renfe pagará una indemnización inicial al suministrador de 500 millones de pesetas.Frente a la opción del aplazamiento, un grupo de técnicos -apoyados por algunos directivos- defendió con vehemencia la posibilidad de dedicar parte del material sobrante (incluidos los ocho trenes aplazados) a la red convencional de ancho Renfe.

Esta tesis, según Renfe, coincide con una propuesta de GEC-Alsthom, que ofreció construir parte de los trenes AVE en ancho Renfe cuando la compañía ferroviaria inició las conversaciones para aplazar parte del pedido.

Según fuentes próximas a la presidenta de la compañía, Mercé Sala, la última discusión al respecto se produjo en el mes de mayo en el transcurso de una reunión del comité operativo al que asisten media docena de altos cargos de la empresa.

El portavoz oficial de la compañía, Isaías Tabós, asegura, por el contrario, que "nunca ha habido discrepancias en Renfe por este motivo". Tabós admite, no obstante, que la posibilidad de destinar trenes AVE a las vías de ancho español "se expuso, como una opción más, en el comité de dirección de Renfe [máximo órgano de gestión y control interno], sin que nadie la defendiera".

Hipótesis

Siempre según Tabós, la hipótesis se planteó como un punto fuera del orden del día de la reunión, por lo que no figura en las actas que se levantan de cada una de ellas. La dirección da, en cualquier caso, por cerrada la discusión.Frente a la versión oficial de la compañía, uno de los miembros del comité de dirección -al que asisten los responsables de todas las unidades de negocio de Renfe- reconoce que la controversia sobre el destino del material contratado con GEC- Alsthom ha sido enconada. Según su análisis, la discusión refleja, una vez más, el enfrentamiento soterrado que se vive en la empresa entre el equipo de la presidenta Mercé Sala y "los ferroviarios, la tecnoestructura", entendida ésta como una amalgama de técnicos, directivos con cierta antigüedad y sindicalistas.

Pero al margen de la discusión concreta sobre los trenes AVE, todas las fuentes coinciden en que existe una gran preocupación por lo que pueda suceder con la alta velocidad y la línea Madrid-Sevilla en los próximos meses.

Por el momento, la línea registra una gran demanda. En dos meses, el AVE ha recaudado 2.052 millones de pesetas y ha trasladado 250.000 viajeros. En este momento, todos los trenes (GEC-Alsthom ha entregado nueve) son necesarios. La duda surge a la hora de predecir lo que sucederá con la línea a partir del mes de octubre, cuando finalice la Exposición Universal de Sevilla. Hasta finales de año, GEC-Alsthom continuará entregando unidades AVE hasta un total de 16 trenes, lo que, según opina un importante sector en la empresa ferroviaria, significará un exceso de oferta.

Preocupación

Las recientes manifestaciones del Ministro de Obras Públicas y Transportes, José Borrell, han aumentado, si cabe, la preocupación por el futuro de la red de alta velocidad. Según aseguró Borrell en el Congreso, en 1993, la prioridad de su departamento en materia de ferrocarril son las cercanías.La extensión de la línea de alta velocidad de Madrid a Barcelona queda, pues, en el aire, sin fecha concreta ni presupuesto.

La línea Madrid-Sevilla queda, por lo tanto, como una excepción de 471 kilómetros en el conjunto de una red que precisa, para su puesta a punto y mantenimiento, 650.000 millones de pesetas durante los próximos cuatro años.

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