La policía oculta delitos cometidos en La Cartuja para no dañar la imagen de la Expo

En la Expo no hay delitos. Eso al menos es lo que oficialmente se dice, o, mejor dicho, no se dice, en los partes de incidencias que los responsables policiales y de la Sociedad Estatal facilitan a diario. Sin embargo, al menos una decena de personas, como media diaria, acude a la Comisaría Expo a denunciar pequeños delitos, fundamentalmente hurtos. Los responsables de la seguridad minimizan estos delitos, que consideran "descuidos o pérdidas".

Decenas de carteras y bolsos, máquinas de fotografía y vídeo, productos aromáticos de un concesionario oficial, triciclos motorizados de alquiler y diverso material de la organización han sido denunciados como objetos de robo. o sustracción en el interior de La Cartuja. De ninguno de estos hechos se ha facilitado información oficial, si bien algunos de ellos han sido confirmados por fuentes policiales y de la Sociedad Estatal. "Si diéramos esos datos parecería que hay mucha delincuencia e inseguridad en el recinto, y esa sensación no sería cierta. Muchas de las denuncias por robo corresponden a pérdidas o extravíos de objetos, de los que siempre se aprovecha alguien", señalan fuentes policiales, que insisten en que la Expo es "un lugar muy seguro".

"En el lago, durante el espectáculo, los carteristas hacen el agosto, sobre todo los sábados", afirma una empleada de la seguridad de la Expo. "Por las mañanas nos encontramos las. carteras o bolsos de señora que roban por las noches. Aparecen detrás de los pabellones autonómicos o en 'los arriates de plantas, con los carnés pero sin dinero", añade.

Oportunistas

Sin embargo, esta afirmación es contestada desde instancias policiales: "No es cierto que existan tantos carteristas profesionales. Son más oportunistas que aprovechan los descuidos de la gente. La incidencia es mínima si se compara la aglomeración de gente que existe", según un portavoz policial.

Los delitos más frecuentes en la Expo son la sustracción de carteras y bolsos de mano, así como de cámaras fotográficas o de vídeo, señala este portavoz, quien agrega que la Comisaría de la Expo es usada por muchos turistas para denunciar hechos sucedidos fuera del recinto, "porque es más cómodo".

En la Expo la presencia policial es patente. Las tanquetas que custodian cada una de sus cinco entradas así lo revelan al visitante. Diariamente, en cada turno, unos 200 policías uniformados prestan servicio en el recinto, además de la vigilancia privada y de los refuerzos del dispositivo, especial que entra en marcha con las visitas oficiales. Otros 14 funcionarios trabajan de paisano dentro de La Cartuja.

Es quizá por ello por lo que la actividad delictiva se reduzca a esos hurtos, si bien la desaparición en La Cartuja de seis coches de caballos de la empresa Ever Flora, dedicada a la venta de flores, ha soprendido a los responsables de la Expo.

Varios casos de agresiones físicas y dos intentos de agresión sexual constan también en las diligencias tramitadas en la Expo. Ambas son producto -según la policía- "de la gente joven que acude a los ambientes de copas del recinto y ninguna ha tenido una trascendencia digna de mención".