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Un oso del Safari Madrid ataca a una mujer y le desgarra parte del glúteo

Juan Antonio Carbajo

Un oso del Safari Madrid atacó el pasado viernes a Manuela Ponce cuando se encontraba dentro de un coche con tres adultos más, su hijo de nueve años y un bebé de cinco meses. El animal destrozó dos ventanillas, una de las cuales estaba ligeramente bajada, y desgarró parte del glúteo de Manuela, que dio la espalda al oso para proteger al niño. La víctima pasó por el centro de salud de Villa del Prado y el hospital de Móstoles antes de ser internada en el Doce de Octubre.

Miguel Carmona, cuñado de la víctima y conductor del coche, comentó ayer que entraron,en la zona de los osos del Safari Madrid de Aldea del Fresno a las 15.30, siguiendo el itinerario marcado. "Allí vimos a varios leones y dos osos acostados. De pronto, sin tiempo para reaccionar, uno de ellos se agarró a la ventanilla lateral trasera, que estaba abierta como un dedo, y tiró hacia sí. Cuando la soltó, el cristal se rompió".

"Entonces metió el hocico mientras de un manotazo rompía la otra ventanilla del lateral, agarró a mi cuñada con la boca y empezó a tirar de ella hacia fuera", recuerda Carmona, que ha denunciado los hechos a la Guardia Civil. El oso liberó a su presa cuando arrancó el coche, que estaba entre otros vehículos.

El director de la instalación, Manuel Treviño, afirmó ayer que este accidente, "como todos los que se producen en la instalación, son consecuencia del incumplimiento de las normas". "En las entradas se advierte que no se abran las ventanillas ni las puertas en las secciones de leones, osos y monos", comenta. "Además, al entrar en esa zona hay un cartel de dos por dos metros advirtiéndolo".

Mordeduras peligrosas

Según Treviño, el Safari tiene botiquín, pero carece de servicio médico. "Una mordedura animal hay que tratarla con mucho cuidado, y el centro de salud de Villa del Prado está muy cerca". "Allí no había primeros auxilios", relata Carmona. "Nos mandaron al centro de salud de Villa del Prado, donde le hicieron la primera cura". La doctora firmó un parte en el que determinó que la herida, "que ocupa glúteo derecho con arrancamiento", era de pronóstico grave.

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"Llamaron a una ambulancia para llevarla al hospital de Móstoles, pero después de estar un rato en el pasillo no la pudieron atender porque no había cirugía plástica, según nos dijeron", continúa Carmona. "Así la trasladaron al Doce de Octubre. Cuando llegamos habían pasado dos horas y media desde que ocurrió el accidente".

Un médico del centro de salud de Villa del Prado explicó ayer que desde el pasado verano han atendido cuatro accidentes ocurridos en el Safari. "Hace dos semanas, otro oso mordió a una persona en un hombro, pero parece que había bajado la ventanilla para que sus hijos vieran mejor el animal", comentó.

Carmona comenta que la escena del ataque fue terrible y que su familia está impresionada. "Mi mujer y mi sobrino no han probado bocado desde entonces". El bebé de Carmona, de cinco meses de edad, estaba en el asiento de atrás, junto a las víctima del accidente, en el momento del ataque del oso.

El director del Safari Madrid, que visitan anualmente unas 200.000 personas, insistió en que los accidentes "son muy pocos" y que todos se deben a imprudencias de los visitantes. "Los osos no atacan un coche si alguien, por ejemplo, no les enseña un alimento", comenta.

Según Treviño, antes de abrir la instalación se alimenta a todos los animales. "Además, los festivos se les ofrece más comida de lo habitual para que estén más tranquilos", asegura.

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