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Masivo apoyo a la huelga de servicios públicos alemana

Los ciudadanos de la antigua Alemania Occidental empezaron a sufrir ayer -por primera vez en los últimos 18 años- los efectos de la huelga en los servicios públicos. La OTV, el mayor sindicato del sector, anunció ayer que el 89,9% de sus más de dos millones de afiliados votaron en favor de la huelga, sumándose así a los empleados de correos y ferrocarriles. La estrategia sindical, sin embargo, según explicó Monika WuIf-Mathies de la OTV, no consistirá en un paro general, sino en acciones locales.Los paros, que amenazan con paralizar desde la recogida de basuras a los servicios funerarios, pasando por hospitales, parvularios, transportes públicos y todos los sectores en los que hay trabajadores dependientes del Estado, no afectarán, sin embargo, al territorio de la antigua Alemania comunista, donde las escalas salariales son diferentes -y más bajas- y se negocian por separado. Los sindicatos intentan romper la barrera del 5% que el Gobierno ha puesto como límite a las subidas salariales de este año. Tras pretender primero una subida de un 9,5%, los sindicatos aceptaron finalmente el paquete fijado por una comisión arbitral consistente en una subida de un 5,4% más un pago adicional de 500 marcos (31 .000 pesetas), pero el Gobierno se mantuvo en su oferta de un 4,8%.

Ya ayer por la mañana, dos días antes de que oficialmente comenzara la huelga, 300 trabajadores de la Bundespost (Correos) de Hamburgo, fueron los primeros en abandonar su trabajo, dejando de distribuir 20 toneladas de correo. Su actitud fue inmediatamente seguida por unas 300 oficinas rurales cuyos empleados no se presentaron al trabajo. El sindicato de Correos (DPG) había hecho público el viernes el resultado de la votación. Un 95,4% de sus afiliados aprobaron la huelga. Por su parte, el sindicato de ferrocarriles (GdED) anunció ayer por la mañana que el 96,6% de los votantes también habían decidido sumarse a la acción. También lo han hecho la policía, los servicios de mantenimiento de las carreteras y los trabajadores de las universidades.

El ministro del Interior, el democristiano Rudolf Seiters, hizo un nuevo llamamiento a los sindicatos para que vuelvan a la mesa de negociación, pero dejando bien claro que el Gobierno se mantiene firme en su intención de no superar el 5%. "Las irresponsables pretensiones de los sindicatos, que llegaron a pedir un 9,5%, han distorsionado las expectativas de los trabajadores", dijo Seiters. "Los líderes sindicales tendrán que asumir sus responsabilidades".

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