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El exceso de atletas centra la última visita de control del COI

La comisión del Comité Olímpico Internacional (COI) que supervisa la organización de los Juegos de 1992 iniciará mañana su 11ª y última visita a Barcelona, justo cuando un doble conflicto se cierne sobre la cita olímpica.La primera pugna, desatada tras las elecciones autonómicas de marzo, nace de las demandas nacionalistas de una mayor catalanización de los JJ OO (véase el artículo superior). La segunda, de mayor alcance internacional, involucra a un buen número de países cuyos responsables olímpicos han inscrito en Barcelona 92 a casi 4.000 deportistas más del tope de 15.200 pactado por el COI y el COOB.

El pasado lunes, 6 de abril, cuando aún faltaban por registrarse 27 de los 172 equipos que competirán en Barcelona 92, ya se habían inscrito 18.972 participantes; 3.772 más del tope fijado. Los responsables del COOB pedirán a la comisión de control del COI que presione a los comités olímpicos nacionales para impedir que el cupo de participantes en Barcelona 92 sea rebasado.

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De los 145 equipos registrados hasta la fecha, el COOB ha dado luz verde a las listas presentadas por 51 de ellos. Respecto a los otros 94, los responsables de Barcelona 92 intentarán convencerlos uno por uno de que reduzcan sus pretensiones de participación. El criterio general que sigue el COOB es aceptar como válidos los equipos que no superan en más del 10% el número de participantes que llevaron a Seúl 88.

Un problema conocido

El excedente de participantes no es un problema nuevo para comisión de control del COI. El cabeza de esta delegación, el sueco Gunnar Ericsson, ya trató de este asunto en su anterior visita a Barcelona, hace seis meses, cuando el COOB dio oficialmente la voz de alarma sobre la posibilidad de colapso de los servicios de la organización si se rebasaba el tope de participantes.El presidente del COI, Juan Antonio Samaranch, declaró entonces que el cupo de participantes sería respetado y encargó a su director de deportes, Gilbert Felli, la tarea de convencer a los comités olímpicos nacionales y a las federaciones internacionales -especialmente a las poderosas organizaciones de atletismo y natación- de que el tope debía ser respetado.

Seis meses después, ni las palabras de Samaranch ni las gestiones de Felli han dado los resultados esperados. Medios próximos a la dirección del COOB han lamentado reiteradamente la "pasividad" de Samaranch en este asunto y han atribuido a la actitud del presidente del COI la responsabilidad de un eventual colapso de la organización de los JJ OO por exceso de participantes.

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