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El Rayo y el Celta se repartieron los puntos en un partido aburrido

En teoría, estaba lo mejor de la Segunda División. En la práctica, no. El Celta, primero en la tabla, y el Rayo Vallecano, tercero, aburrieron y dieron escasas muestras de merecerlo que persiguen desde que se inició el campeonato. El partido vivió en el aire permanentemente. Ni unos, ni otros, supieron bajar el balón al suelo y jugarlo.Con todo, el equipo de Chechu Rojo fue superior y se hizo acreedor a la victoria. Desde el primer minuto, ahogó el canal de producción del juego vallecano. Mosquera se puso sobre Gallego, que una vez más demostró que ya no está para estos trotes, y Vicente sobre un apagado Calderón. El balón lo tenían que llevar entonces los menos dotados para hacerlo, y lo perdían en cuanto el Celta realizaba un mínima presión.

Era evidente que al Rayo se le escapaba el partido en el centro del campo. Pero José Antonio Camacho no lo quiso ver así. Sentó a Rodri en el descanso, que era el único que conseguía sobrevivir en el mediocampo y metió a Medford, un delantero. Con esta medida, el técnico entregó definitivamente el control al Celta. El brasileño Fabiano se hizo el dueño absoluto de esta parcela, bien escoltado por Vicente y Aguirrechu. Sólo Gil se perdía en la zona.

Pese a todo, los visitantes no supieron traducir su control en oportunidades. Sólo al final, pusieron en aprietos a Wilfred. Además, tendieron a enviar el balón a las nubes, pese a que en cuanto triangulaban descosían al rival. El Rayo sólo se acercó al portal de Villanueva con pelotazos largos desde la defensa y no excesivamente peligrosos.

El lance deja en cabeza al Celta y supone un paso atrás para el Rayo en su lucha por el ascenso directo.

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