El sereno discurso del padre de Guillermo llenó de emoción el funeral por su hijo

"Todos queríais mucho a Guillermo, igual que nosotros; eso es lo que me gustaría recordar ahora. Guillermo, te queremos, siempre te querremos". Joaquín Alfonso, padre del joven muerto, extraordinariamente sereno, puso el toque de emoción al final del funeral por su hijo, fallecido a los 13 años de edad el pasado domingo al ser alcanzado por una bengala en el estadio de Sarrià. A la ceremonia, celebrada ayer en Barcelona, asistieron unas 800 personas, entre ellas muchos compañeros de colegio de Guillermo, compungidos y con los ojos rojos de frotárselos, y que apenas pudieron contener el llanto.Los numeroros asistentes que abarrotaban la capilla y los pasillos del tanatorio de Sancho de Ávila -curiosos, familiares, deportistas, autoridades y compañeros de Guillermo- compusieron una imagen de esperanza y solidaridad cuando, a petición del oficiante, unieron sus manos para rezar el Padrenuestro.

"Ésta ha sido una muerte tonta. Recemos todos, ahora que están aquí representados todos los estamentos de la sociedad, para que hechos como éste no vuelvan a producirse, para que construyamos una sociedad diferente", indicó el sacerdote, capellán del colegio de Guillermo.

El alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, el secretario de Estado para el Deporte, Javier Gómez Navarro, el presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, el director de Deportes de la Generalitat, Josep Lluís Vilaseca, el presidente de la Liga Profesional, Antoni Baró, y el presidente del Español, Julio Pardo, se sentaron en los bancos de primera fila, enfrente de los ocupados por los padres de Guillermo -él, con la mano aún vendada por las quemaduras que sufrió al desclavarle la bengala del cuerpo- y su hemano Ignacio.

También asistieron varios jugadores del Español y directivos del Fútbol Club Barcelona. El entierro se efectuó posteriormente en el cementerio de Montjuïc.