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La alianza portuguesa de Bouygues y Agromán desvela discrepancias con el Banco Central

Miguel Ángel Noceda

El grupo Bouygues, líder mundial del sector de la construcción y socio del Banco Central, se ha aliado con la empresa española Agromán y la alemana Stradag para construir la planta de automóviles que promueven Ford y Volkswagen en Portugal. Este consorcio ha ganado el concurso de adjudicación a Dragados y Construcciones, la constructora de¡ Central. La alianza del grupo con Agromán, filial de Banesto, ha levantado una nueva polvareda en las relaciones entre Bouygues y el Central, deterioradas por la falta de entendimiento entre la sociedad francesa y Dragados.

El importe del contrato para la construcción de la planta de automóviles se eleva a 20.000 millones de pesetas, según han confirmado fuentes de las empresas automovilísticas que lo han encargado. Las obras empezarán (le forma inminente con el objetivo de poder contar con las instalaciones a Finales de 1994, tal como está previsto en el plan de inversiones. En esta planta, para la que se barajaron las posibilidades de Sevilla y Murcia para su ubicación, está destinada a la fabricación de un modelo combinado entre furgoneta y turismo.

La decisión de Bouygues de aliarse con Agromán ha abierto nuevas grietas en sus relaciones con el Banco Central, en el que tiene cerca del 4,5%, del capital (porcentaje que se diluirá hasta convertirse en alrededor del 2,5%, por la fusión de Central con el Banco Hispano Americano en el BCH). La causa de este enfrentamiento, que ambos tratan de evitar, es el nulo desarrollo que ha tenido la cooperación con Dragados.

Según han confirmado fuentes del grupo francés, Bouygues pactó no entrar en el capital de Dragados, manteniéndose únicamente en el del Central. En contrapartida, el banco que preside Alfonso Escámez se comprometió a facilitar la entrada del grupo francés en España con presentación conjunta a contratos. Este compromiso, en cualquier caso, no está escrito y fuentes del Central han manifestado que no llegó a entablarse de forma tan concreta. A pesar de ello, cuando Bouygues y Dragados adquirieron Aguas de Valencia el banco declaró que era reflejo de los acuerdos con el Central.

Los responsables de Dragados nunca han podido ocultar que la presencia de Bouygues en la órbita del Central no era de su agrado. De hecho, durante los dos años que el grupo francés lleva en el Central no sé han producido colaboraciones significativas. Fuentes de Bouygues han criticado que Dragados únicamente permite participar en minoría.

El punto culminante de las diferencias se produjo en la adjudicación de las obras para la sede en Lisboa del Banco Vitalicio -compañía aseguradora controlada por el Central, ahora integrada en el holding constituido por el BCH al 50% con la firma italiana Assicurationi Generali-, en la que no pudieron ponerse de acuerdo para formar una oferta conjunta. En este marco de falta de entendimiento, una delegación de Bouygues se traslada hoy, lunes, a Madrid para entrevistarse con los responsables de Dragados.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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