"SáIvame, por favor"
Vukovar es un muñón sangriento que hiela la sangre a los civiles que se lo encuentran ante unos ojos que tratan de habituarse a la luz después de tres meses de vivir en sótanos. El olor a muerte impregna cada resquicio de la ciudad.Civiles serbios y croatas compartieron refugios mientras pudieron, hasta que el bombardeo les obligó a buscar protección en las armas y participar o ser testigos de todos los horrores de la guerra. "Llegó un momento en que no sabíamos qué hacer con los muertos", dice un cirujano del hospital. Ahora, mujeres y niños abandonan la ciudad sin saber dónde ir ni qué suerte espera a los hombres. "Sálvame, por favor", implora un croata a un antiguo compañero de trabajo serbio mientras se lo llevan los soldados. "SI no has cometido crímenes tendrás la oportunidad de probarlo", es la respuesta.
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