Aznar cuestiona el liderazgo de Vidal-Quadras en el PP catalán

El presidente del Partido Popular, José María Aznar, ordenó ayer la paralización del proceso de elección de compromisarios para el congreso de la organización en Barcelona, previsto para el próximo día 30, y abrió un periodo de reflexión sobre la candidatura de Aleix Vidal-Quadras a la presidencia de la Generalitat y al liderazgo del partido en Cataluña y en Barcelona. La decisión se produjo horas después de que se reabriera la crisis interna al no aceptar los seguidores de Vidal-Quadras el acuerdo entre los dos sectores enfrentados, auspiciado por el propio Aznar.Javier Arenas, vicesecretario de Acción Electoral y delegado de Aznar para resolver la crisis del PP catalán, dio anteanoche, al término de una reunión de la gestora de Barcelona, las primeras pistas sobre la pérdida de confianza en Vidal-Quadras al afirmar que el futuro de éste estaba en manos de los militantes y que él se negaba a ratificar la candidatura de Vidal-Quadras.

Colaboradores de Aznar aseguraron ayer por la tarde que el presidente del partido no les había comunicado su decisión final sobre la crisis del PP catalán, aunque avanzaron que se conocería en un plazo de dos o tres días. Estos mismos medios sostuvieron que la solución certificaría la pérdida de confianza en Vidal-Quadras y la ratificación de la confianza en los dirigentes, fundamentalmente críticos, que habían avalado las candidaturas de unidad a los congresos provincial de Barcelona y regional.

Aznar ha mantenido en las últimas fechas conversaciones con dirigentes del PP y les ha transmitido su indignación por la divulgación de un documento interno, firmado por colaboradores de Vidal-Quadras, en el que se critica el pacto suscrito hace dos semanas entre el sector crítico y el oficialista bajo los auspicios del Aznar y se denuncian irregularidades, entre ellas falsificación de fichas de militantes y un supuesto agujero de 30 millones dejado por el equipo de Jorge Fernández Díaz. El pacto logrado por Arenas volvía a colocar en cargos de dirección a miembros del sector crítico y hacía un reparto equilibrado entre las dos familias del PP catalán.

Los colaboradores de Aznar reconocen que en estos momentos la crisis no tiene una solución fácil, ya que la imagen de partido en conflicto permanente está muy extendida, hasta el extremo de temer sus repercusiones no sólo en las futuras elecciones autonómicas, sino en las legislativas siguientes.