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Los niños del 'ruedo' ya tienen escuela

La primera escuela infantil pública en el barrio de Moratalaz se inauguró ayer. Su ubicación: el polígono 38 de la avenida de la Paz, más conocido como el ruedo, junto a la M-30. Allí fueron realojadas, el verano de 1990, 249 familias que habitaban las chabolas del Pozo del Huevo, en Vallecas. Ha pasado un año desde entonces, y las protestas vecinales han cesado. Los habitantes del ruedo están contentos con la escuela, pero se quejan de la falta de gas ciudad, de las inundaciones y de unas preocupantes grietas que han aparecido en la base del edificio.

Los niños jugaban en el patio sin explicarse qué hacía tanta gente invadiendo su territorio. Allí estaban, entre otros, el consejero de Educación de la Comunidad, Jaime Lissavetzky; el concejal del distrito, Venancio Mota, y el gerente del Consorcio para el Realojo de la Población Marginal, José Luis Gómez.Dani se encaramaba a un tobogán. Lissavetzky se acercó y las fotos arreciaron. "¡Ponte el gorro bien, Dani!", gritaba la madre, orgullosa, desde la verja. Con las emociones, Dani se desplomó sobre los pies del consejero.

En la verja de la escuela, algunos ancianos miraban serios a los niños: el centro les ha dejado a ellos sin su rotonda de reuniones. "Ya lo podían haber construido en otro sitio. Como el centro social no se abre, ahora no tenemos a donde ir", comentaban.

Un total de 68 niños hasta los cuatro años han iniciado el curso en la escuela infantil El Caracol. Aunque las familias realojadas tienen prioridad, el centro está abierto para todos los Vecinos de la zona. De hecho, un 50% de los niños son vecinos del distrito no realojados.

"Integración plena"

"Esto es algo más que una escuela infantil. Responde a la necesidad de dotar a todos los realojamientos de equipamientos educativos y sociales. Pretendemos que sea una escuela de integración plena" explicaba Lissavetzky.Inés Briones llevó a sus trillizos de nueve meses cuando supo que en la escuela más cercana a su casa no había sitio: "Al principio estaba muy reacia por la zona. Ahora estoy contenta. Nunca ha habido ningún problema".

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Algunos vecinos aprovecharon la concentración de autoridades para expresar sus quejas. "Estamos todavía sin gas ciudad. Cada tres dias hay que cambiar de bombona", explica María Jesús.

Tomás Blázquez, presidente de la asociación de vecinos, no oculta su amargura. "El centro social está cerrado. Y mire cómo está todo de porquería". Plásticos, ropa vieja y un carrito de supermercado son los pobladores del estanque del jardín. "Cuando llueve se forman bolsas de agua y no se puede ni circular", añade otro vecino. Recientemente, una enorme grieta ha aparecido en la base de algunos de los portales, en la fachada de la M-30. "Nadie se hace cargo, ni el Ivima [Instituto de la Vivienda de Madrid] ni el consorcio", dice Blázquez. En la escuela infantil no todo fueron sonrisas en la inauguración. Irene descubrió una mesa llena de cosas ricas y dio el aviso a los companeros: "iVamo a comé comida! ¡Patatas!". La educadora les indicó que eso era para los mayores. Tamaña injusticia alteró a los pequeños, que fueron retirados por otra puerta en medio de una sinfonía de sollozos.

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