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RUGBY

Igualdad en las semifinales de la Copa del Mundo

La II Copa del Mundo da este fin de semana sus penúltimos pasos. Hoy, Escocia e Inglaterra (14.30 horas) jugarán la primera semifinal en Edimburgo y mañana, en Dublín, se enfrentarán Nueva Zelanda y Australia (14.30). Aunque ingleses y neozelandeses son ligeramente favoritos, la igualdad parece que dominará estos dos partidos en la cumbre. En España, de nuevo, sólo podrán verse en directo por televisión con antenas parabólicas en Screen Sports.

Las dos semifinales, curiosamente, serán repeticiones de dos choques tradicionales en el rugby: la Calcutta Cup que disputan cada año escoceses e ingleses dentro del torneo de las Cinco Naciones, y la Bledisloe Cup, el choque principal entre los gigantes del hemisferio sur, que parecerá mañana la final anticipada. La II Copa del Mundo tendrá este año un duelo en la final entre los dos hemisferios.

Hoy, en su terreno de Murrayield, Escocia intentará tomarse la revancha de su derrota este año ante Inglaterra y lograr la plaza europea en la final. Los escoceses demostraron su fuerza ante la sorprendente Samoa, y parecen capaces de frenar a la potente delantera inglesa. Esta vez, sin embargo, no parece que el árbitro australiano Fitzgerald, favorezca a Inglaterra como hizo el neozelandés Bishop ante Francia. Fue evidente que Bishop vio todas las incorrecciones francesas, pero ninguna inglesa. Las consecuencias en Francia, aparte de la eliminación, ha sido la dimisión del seleccionador, Daniel Dubroca, que increpó al árbitro al final del encuentro.

Escocia intentará repetir su éxito del 17 de marzo de 1990 cuando ganó a Inglaterra por 13- 7 la Calcutta Cup, el Grand Chelem y el Cinco Naciones. Escocia opondrá su mayor imaginación en el juego a un bloque inglés más compacto, pero rígido.

Mañana, la gran incógnita es el rendimiento australiano según se hayan recuperado sus hombres clave lesionados, el capitán y medio melée Nick Farr-Jones, y su tres cuartos estrella, David Campese. Farr-Jones se resintió en el agónico partido frente a Irlanda de su lesión ante Samoa y Campese de un tobillo. Ante una máquina de demolición como los All Blacks neozelandeses, los Wallabies no pueden dar ninguna ventaja.

La clave del encuentro debe estar en el provecho que saque Australia de un rugby quizá con más calidad, pero sin tanta capacidad para aguantar la presión al máximo nivel. Nueva Zelanda, en cambio, traspasa siempre a su juego no sólo su enorme calidad, sino la fiereza que inicia ya antes de los partidos con el impresionante haka, su danza y cántico guerrero maorí.

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