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RUGBY

La Copa del Mundo, hacía una final anticipada Nueva Zelanda-Australia

La II Copa del Mundo, que finalizó ayer en su fase previa, se encamina hacia una final anticipada entre Nueva Zelanda y Australia. Los dos equipos del hemisferio sur han confirmado su condición de favoritos, aunque sin asombrar, y sus rivales en cuartos de final el próximo fin de semana, Canadá e Irlanda, respectivamente, no parecen capaces de impedir su gran choque en la semifinal de Dublín, el día 27. Su rival en la final, el 2 de noviembre, saldrá del vencedor entre Escocia-Samoa y Francia-Inglaterra.

Los 24 partidos jugados han confirmado al máximo nivel la mayoría de las previsiones. Los dos gigantes de Oceanía han vuelto a demostrar en Europa su superioridad previa.Nueva Zelanda, actual campeón, ganó con total autoridad el partido inaugural clave ante Inglaterra y se dedicó después a conservar. Tras dejar patente su superioridad en el propio feudo inglés de Twickenham, evitaba visitar a Francia en cuartos de final. Sus dos partidos restantes ante Estados Unidos e Italia, con suplentes, sólo fueron trámites con autocrítica incluida por la relajación. Pero el sábado, en Lille, Canadá muy probablemente sufrirá la marea negra de los All Blacks.

Australia, por su parte, ni siquiera tuvo un enemigo como Inglaterra en su grupo y pasó los únicos agoblos con la tremenda fuerza defensiva de Samoa -clave en su clasificación-, que incluso lesionó a su cerebro y capitán, Nick Farr-Jones. También ha hecho autocrítica, por esos apuros también tras aplastar a la hundida Gales (38-3) en el propio Arins Park de Cardiff. Pero hace tres meses, en Brisbane, la victoria fue por 63-6. Los niveles australianos de exigencia pasan incluso por relevar como pateador al apertura Michael Lynagh, nuevo capitán, el jugador que ha marcado más puntos en la historia del rugby de elite, 662. Lynagh, que logró ante Gales un ensayo, pasó cuatro transformaciones y dos golpes de castigo, pero falló otros tantos, algo inhabitual en él, que achaca al nuevo balón sintético.

En todo caso, tras dirimirse la supremacía europea en los otros cuartos de final, con la incógnita de lo que pueda hacer ya Samoa ante la más fuerte Escocia, la Copa del Mundo tiene color oceánico.

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