Delgado: "Miguel sí que lo tiene fácil ahora"

V. J., Pedro Delgado volvió a cumplir ayer con la misión de gregario que le ha impuesto el Tour-91. Lejos de su mejor momento, el segoviano no pudo aguantar el tremendo tirón de Gianni Bugno (Gatorade) al principio de Alpe d'Huez, pero optó por controlar a Laurent Fignon (Castorama), primero, y a Claudio Chiapucci (Carrera), después, dos de los, hasta ayer, teóricos rivales. Delgado evitó también la euforia, pero reconoció: "No está ganado, pero Miguel sí que lo tiene fácil ahora".

El vencedor del Tour de 1988 aseguró haberse sentido mucho mejor que en jornadas anteriores, pese al desfallecimiento que le impidió seguir la rueda de Bugno: "El esfuerzo de ayer lo he notado un poco, pero cuando me he quedado con Fignon, y luego, cuando he atacado y me he unido a Chiapucci, he empezado a sentirme mejor, por lo que no me ha costado trabajo controlarlos. Creo sinceramente que el equipo hoy ha funcionado de maravilla". El Banesto colocó a tres hombres (Induráin, Bernard y Delgado) entre los 10 mejores de la etapa, y prácticamente sentenció también su victoria en la clasificación general por equipos.

El colombiano Abelardo Rondón, también del equipo Banesto y 13º en la general, calificó a Induráin como el hombre más fuerte de la presente edición del Tour. El navarro, sin embargo, rechazó el elogio: "No creo que sea el más fuerte. Bugno y Chiappucci también lo están y mucho, pero han pagado algunos esfuerzos. Ese ha sido el problema de mucha gente, que ha gastado las fuerzas en el momento equivocado".

Otro hombre clave ayer en el éxito del equipo Banesto fue el francés Jean François Bernard, que fue el único que reservó sus fuerzas durante el primer tramo de la etapa. José Miguel Echávarri le reservaba el papel más difícil: tirar de Induráin en la subida a Alpe d'Huez, y Bernard cumplió. "Induráin ha hecho una etapa extraordinaria", dijo Bernard. "Si hoy sigue igual, todo estará sentenciado. He dejado muchas fuerzas en la ascensión, pero espero seguir ayudándole".