Los conductores afirman que la línea 130 sólo beneficia a los traficantes de droga
Los autobuses de la línea 130 volvieron a funcionar ayer, tras la jornada de paro del día anterior en protesta contra la agresión sufrida por Enrique Villarejo Díaz, empleado de la EMT, al enfrentarse a dos jóvenes toxicómanos que amenazaban a los viajeros. La mayor presencia policial o los numerosos controles de billetes de los inspectores de la EMT apenas modificaron la situación habitual en el trayecto Villaverde-Vicálvaro, conocido por los conductorescomo la ruta blanca. A las once de la mañana, los pasajeros habituales ya habían tomado posiciones: en la parte posterior, 20 heroinómanos en busca de la dosis; en la parte anterior, tres hombres y una mujer, la mirada fija adelante, siempre adelante.
Entre Villaverde y Vicálvaro se encuentra La Celsa, uno de los focos más conocidos de venta de droga. Esta proximidad ha convertido la línea 130 en una línea maldita. "Los viajeros normales", afirma Villarejo, utilizan el autobús de cinco a nueve y media de la mañana. El resto del día damos servicio a yonkis [heroinómanos] que no pagan, se pinchan la heroína en el autobús, y cuando les dices algo te amenazan con navajas o jeringuillas ensangrentadas".Villarejo, que tiene heridas en un brazo causadas por un punzón y fisuras en varias costillas, tendrá que volver al médico dentro de un mes para hacerse las pruebas del sida.
Parada para 'caballo'
Según Ricardo Rosado, presidente del comité de empresa, Ios 5.000 viajeros de la línea 130 han quedado reducidos a 2.000, y un 90% de ellos son drogadictos". Los 12 conductores de la ruta protestan desde el verano pasado por Ia situación de terror" a la que están sometidos, con viajeros que se niegan a pagar o pagan con bonobuses falsificados, sufren el mono (síndrome de abstinencia), roban a los demás viajeros el dinero, que necesitan para comprar caballo (heroína) y abandonan las jeringuillas usadas en los asientos. "Nuestros pasajeros suben al autobús completamente colgados, con la goma todavía en el brazo", dice Emilio Martín, que es conductor de esta línea maldita desde hace 11 años.
Las medidas tomadas por la dirección de la empresa son consideradas "totalmente insuficientes" por los conductores. Estos critican que los inspectores de la EMT se limiten a comprobar que los pasajeros tienen billete, aunque esté falsificado, y que los agentes de policía esperen en la ruta sin subir a los autobuses. "La política del avestruz de la empresa", según Villarejo, "sólo beneficia a los drogadictos y a los traficantes de La Celsa".
La Plataforma Sindical, sindicato mayoritario en el comité de empresa, responsabiliza al gerente de la EMT, Tomás Burgaleta, de los incidentes que pueden ocurrir si la línea 130 no queda suspendida hasta que se elimine la actual inseguridad. Para Pablo Rodríguez, líder de la Plataforma, -éste es un problema político, y sólo se resolverá cuando' desaparezcan los focos de venta de droga".
Por su parte, Burgaleta respondía a las acusaciones de "cinismo, insensibilidad y dejadez de funciones", afirmando: "No es posible colocar a un policía en cada coche, como quieren los conductores". El gerente de la EMT lamentaba los problemas de la línea maldita, pero criticaba las medidas adoptadas por los conductores.
El enfrentamiento entre los empleados y la dirección se ha recrudecido con los paros previstos para los fines de semana de las líneas que cuentan con autobuses sin aire acondicionado. De los 1.700 coches que integran la flota municipal, sólo 1.100 cuentan con este servicio.
Polémica refrigeración
La Plataforma Sindical afirma que la empresa "hace circular vehículos carentes de las condiciones adecuadas para soportar los calores del verano, mientras mantiene en las cocheras hasta 300 con refrigeración". El sábado y el domingo pasados, 200 autobuses no salieron a la calle como medida de presión. Tomás Burgaleta ha anunciado que el próximo fin de semana funcionarán de 15 a 20 líneas más con aire acondicionado. Añadió que la empresa abrirá una investigación "para exigir responsabilidades de los paros efectuados".
La próxima semana, el comité de empresa de la EMT se reunirá con el alcalde electo, José María Álvarez del Manzano, para exponerle sus reivindicaciones. Del resultado de la entrevista dependerá que se convoque una huelga total en el servicio municipal de autobuses.
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