Assen confirma la crisis del motociclismo español

La anunciada crisis del motociclismo español alcanzó ayer, en el Gran Premio de Holanda, novena prueba puntuable para el Mundial de velocidad, su punto más alto. El mejor español, Carlos Cardús (Honda, 250cc), fue quinto y cruzó la meta casi a 25 segundos del vencedor, el italiano Pierfrancesco Chili (Aprilia). En la catedral del motociclismo mundial, la quinta de Sito brilló por su ausencia, mientras el alemán Ralf Waldmann (Honda, 125cc) y el norteamericano Kevin Schwantz (Suzuki, 500ec) acompañaban a Chili en lo más alto del podio, tras protagonizar tres apasionantes finales.

Rafael Almiñana es un loco de las motos, amigo de Jorge Martínez Aspar. Es aquel que va vestido de zaraguells, traje típico de la huerta valenciana, con espardenyes y rodeado de tracas por todos lados. Pues bien, Rafael estaba ayer en Assen, donde se disputaba lo que todos consideran anualmente como la fiesta grande de la temporada. Y Almiñana, que no se corta ni un pelo, decidió que aquellas tracas, preparadas para los españoles, fueran explosionadas por los extranjeros, por Waldmann y por Schwantz. Bien hará Rafael en no ir a más grandes premios. Ni los laureles ni los truenos se han hecho este año para los españoles.La historia española de este gran premio es del todo lamentable, pues no hubo opción siquiera a podios. Cardús fue el más rápido de la jornada y se quedó a casi medio minuto del ganador. El resto, todo un poema: Aspar fue decimocuarto; Jaume Mariano terminó 21; Pitufo Álvaro rompió; Sito Pons fue décimo y reconoció que no se acordaba de que tenía que sumar las dos mangas; a Joan Garriga se le destrozó el motor de su Yamaha; Alex Crivillé también rompió el motor; a Alberto Puig le sucedió los mismo por sexta vez en dos días; y Herri Torrontegui se quedó sin embrague nada más empezar la carrera.

Aspar empieza a dudar de su cambio -de JJ-Cobas a Metraux- y asegura que su nuevo ingeniero ha corrido demasiado a la hora de sacar caballos de más a su nuevo motor; Sito reconoce que se ha olvidado de contar las dos mangas -la lluvia partió en dos las carreras de 125cc y 500cc-; Cardús confiesa que su moto no corre por culpa de que su ex ingeniero, ahora con Cadalora, se le llevó la documentación del pasado año; Crivillé no sabe qué decir; Puig, ni habla; el padre de Mariano está deseando que su hijo deje las carreras; y Torrontegui, que acaba de pasar de 125cc a 250cc, se quedó ayer sin moto en la primera vuelta el día que la estrenaba.

Mientras toda una generación, encabezada por Sito Pons, intenta superar su primera gran crisis, países como Alemania, Italia y Estados Unidos viven sus mejores horas.Tres grandes carreras

Las tres carreras de ayer fueron de lo más vistoso del año y todas ellas se decidieron en la última vuelta. La de 125cc fue para el alemán Ralf Waldmann (Honda), que sin poseer una moto oficial, ni siquiera un motor pata negra, consiguió imponerse por valor, fuerza y coraje, al grupo de italianos. En 250ce Pierfrancesco Chili levantó al público de sus asientos y consiguió para la firma italiana Aprilia el segundo triunfo de su historia y el primero de una moto europea en muchos años en esta categoría.

El norteamericano Kevin Schwantz (Suzuki puso nervioso a sus dos grandes rivales en la prueba de 500cc. Schwaritz apretó hasta dar alcance al líder Rainey, que en la penúltima curva erró el trazado, se fue a la hierba y no cayó, pero fue superado por su compatriota.