McEnroe critica a Chang, Agassi y Samprás por su ausencia del equipo de Estados Unidos
John McEnroe, de 32 años, trasladó ayer a Newport (Rhode Island), marco de la eliminatoria de los cuartos de final de la Copa Davis entre Estados Unidos y España, el fervor patriótico que convirtió Nueva York en la madre de todos los desfiles. Recordó con acidez el flaco favor prestado a su nación por sus jóvenes colegas Michael Chang, André Agassi y Pete Sampras, que han preferido prepararse para el torneo de Wimbledon a hacer frente al equipo de Manuel Orantes: "Para mí, es un honor defender a mi país en la Copa Davis. Por eso no entiendo que alguien lo rechace".
Ataviado con una llamativa camiseta decorada con su bandera nacional, McEnroe lamentó la falta de patriotismo de Chang, Agassi y Sampras: "Me sorprende que no aprovechen una oportunidad así, máxime cuando tienen al alcance la ensaladera. Da la impresión de que hacen un favor cuando acceden a jugar. Su actitud es horrible". McEnroe, al que acompañan su mujer, Tatum O'Neal, y sus tres hijos, el último recién nacido, añadió: "¿Por qué no pueden estar disponibles para toda la Copa Davis? Es nuestro deber. Ya decidirá luego Tom Gorman, el capitán, quién juega. Sampras, muy buena persona, debe de haber recibido pésimos consejos. Todos ganan mucho dinero. El perder un poco no puede ser una excusa".Gorman, sin embargo, descartó el aspecto económico. Explicó que ninguno de los tres deseaba volver a Estados Unidos después de la competición de Roland Garros para regresar de nuevo a Europa, a Wimbledon. Pero McEnroe fue contundente: "La eliminatoria es sobre hierba, lo que favorecería su preparación. Sampras fue eliminado en la segunda ronda parisiense, por lo que podría estar aquí desde hace 12 días". "Es ridículo" añadió. "Dicen que no quieren volar. Pero, después de Wimbledon, se irán a Japón y Washington". Como argumento, se refirió a la pareja de dobles, Rick Leach y Jim Pugh: "Perdieron la final el sábado y el lunes por la mañana ya estaban aquí".
McEnroe, que debutó en la Copa Davis en 1978 a sus 19 años, glosó una apasionada declaración de principios: "Para mí, es un gran honor defender a mi país. De joven, Mis padres preferían verme con el equipo nacional antes que en Wimbledon". Al preguntársele si se sentía parte de la selección B, miró a su compañero Brad Gilbert, sonrió e ironizó: "Estamos muy por encima de la de los esquiroles".
El triple campeón de Wimbledon y cuádruple del Open de EE. UU sigue siendo un ídolo genuinamente americano. La idílica imagen que compuso en Newport, entrenándose mientras su esposa jugueteaba con sus hijos Kevin, de cinco años, y Sean, de tres, y sostenía en brazos a la pequeña Enilly, es una guía de fervor para los hogares norteamericanos. "Es fantástico estar con la familia. No hay otra manera mejor de prepararse. Es preferible esto a obsesionarse por ser el número uno", comentó el que lo fuera de 1981 a 1984.
Récord tras récord
Un repaso a su actuación en la Copa Davis confirma la convicción de sus ideas. Hoy igualará el récord de años representando a su país (11) de Bill Tilden y Stan Smith. Posee además otros cinco: eliminatorias (25), partidos individuales (47) y ganados (39) y partidos de dobles (63) y ganados (54). Sólo ha perdido ocho enfrentamientos individuales y uno de dobles. Cuatro títulos de la Copa Davis en cinco finales son su broche.
Un ídolo, todo un ídolo. Con ocasión de la cita de Roland Garros, una importante firma francesa de aguas minerales lanzó una gran campaña. Uno de los spots fue dirigido por Ridley Scott, el realizador de Blade Runner. Muestra un estadio derruido tras una hecatombe nuclear. Un andrajoso personaje, sembrado de arrugas y con una mugrienta cinta protegiendo su escaso pelo, simula un partido de tenis entre bandazos de fúnebre viento. Tras él, se sienta y bebe de una botella invisible. Es McEnroe.
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