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Una juez da 60 días al Gobierno para que reforme la cárcel de mujeres de Carabanchel

María del Prado Torrecilla, titular del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 2 de Madrid, ha dado un plazo de 60 días al Gobierno para que adecente y reforme el centro penitenciario de mujeres de Carabanchel, cuyas celdas, "de apenas ocho metros cuadrados de superficie y habitadas cada una por dos internas, son insuficientes e inhabitables", subraya. Si Instituiciones Penitenciarias no solventa en 60 días tales deficiencias, la juez asegura que decretará el cierre de las instalaciones defectuosas, que son la mayoría, e iniciará acciones legales por desobediencia.

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La juez Torrecilla, que efectuó una inspección ocular al centro de mujeres de Carabanchel el pasado 18 de abril, acompañada por el fiscal y el médico forense, califica de "precipitada" la "decisión política" de trasladar a Carabanchel a las reclusas que hace unos 45 días se encontraban en la cárcel de Yeserías.El plazo para que se acometan las obras de adecentamiento de la nueva prisión de mujeres de Carabanchel rige desde el pasado viernes día 24, fecha en que la juez Torrecilla remitió a Instituciones Penitenciarias su resolución, fruto de las numerosas quejas que le han elevado las internas.

Este periódico intentó ayer conversar, sin éxito, con Angeles Granados, directora general de Instituciones Penitenciarias. La oficina de prensa eludió también comentar esta resolucion judicial. No obstante, directivos de Carabanchel han reconocido a la juez Torrecilla que el traslado de las internas desde Yeserías a Carabanchel se ha hecho de forma prematura y cuando las obras del nuevo centro aún estaban inconclusas.

Celdas individuales

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En la inspección, la juez advirtió que en tres de los cuatro módulos de Carabanchel hay dos reclusas en cada una de las celdas, lo que vulnera el artículo 19 de la Ley Orgánica General Penitenciaria, que establece que los internos serán alojados en celdas individuales, so pena de que éstas dispongan de suficiente espacio.

Según la juez, la extensión de las celdas, de unos ocho metros cuadrados cada. una, no permite alojar en condiciones humanas a las internas, por lo que se deberá proceder al traslado de éstas a otros centros y garantizar así que sólo haya una interna por celda. La juez apunta que las reclusas excedentarias sean trasladadas a las prisiones de Segovia o Ávila, por ejemplo.

En el curso de la inspección, la primera que realizó la juez al centro de mujeres de Carabanchel tras el traslado de las internas, se observó también que 10 celdas del módulo número 2, desde la 27 hasta la 36, carecen de luz natural. En este sentido, la juez ha ordenado que éstas sean dotadas de luz artificial las 24 horas del día, ya que la que tienen en la actualidad es "notoriamente insuficiente" e impide a las internas poder "leer o escribir".

Sillas de cemento

La juez Torrecilla denuncia también que las mesas y sillas que hay en las celdas, que son de albañilería y están fijas, "son de un tamaño insuficiente, ya que obligan a las internas a adoptar una posición anatómica". Además, señala esta resolución judicial, las sillas, que son de cemento, les impide "andar por la celda", por lo que las mismas "deberán ser sustituidas por otras más anatómicas y móviles con el fin de no dañarla "salud de las internas".

La juez exhorta. también a Instituciones Penitenciarias a que reforme los aseos que hay en el interior de las celdas, ya que son "inadecuados y no reúnen unas condiciones óptimas de higiene y seguridad". Tales servicios deberán ser sustituidos por otros que sean acordes con "la higiene íntima femenina" y no dañen "la dignidad personal de las internas".

En la penitenciaría femenina de Carabanchel hay en la actualidad unas 400 internas, que ocupan cuatro módulos. Uno de ellos, con unas 50 internas, está destinado a reclusas aisladas, que sí disfrutan de habitación individual.

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