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La televisión soviética vuelve a sufrir la vieja censura, dice Vladímir Molchanov

VIadímir Molchanov es el director y presentador de uno de los programas de mayor audiencia (más de 100 millones de espectadores) de la televisión oficial soviética. Molchanov, que esta semana se encuentra en Barcelona invitado por la Fundación Caja de Cataluña, se considera "un dinosaurio" que resiste atrincherado desde su programa a las presiones y censuras que está sufriendo de nuevo la televisión soviética.

Desde hace cuatro años, Molchanov, de 40 años, inantiene en antena Antes y, después de la medianoche, un espacio en directo con entrevistas y reportajes que se emite el últi:no sábado de cada mes y cuya repercusión en la audiencia se mide por los miles de telegramas, los intentos de soborno y las amenazas que recibe habitualmente."En mi programa puedo decir todo lo que pienso, pero expresándome de una manera más suave", explica Molchanov."En la URSS es muy fácil provocar una muerte o un derramamiento de sangre por una palabra dicha sin cautela en la televisión o en la prensa escrita", dice. "Por ello, sea por cobardía o falta de profesionalidad, el único terna que he excluido de mi programa es el de los nacionalismos".

El programa de Molchanov es, según indica él mismo, un reducto casi arqueológico en la actual televisión soviética. "Todos los programas que habían hecho algo por la perestroika han desaparecido desde hace unos meses. El mío permanece porque fue el primero en directo que hablaba de estos temas, y los directivos deben pensar que en cada mu.seo zoológico tiene que haber un dinosaurio".

Otras televisiones

"Están surgiendo televisiones en las repúblicas y en las grandes ciudades que no están dispuestas a seguir obedeciendo al jefe, como ocurre en la televisión soviética", señala Molchanov. "Por ejemplo, en la televisión de Leningrado conviven espacios del tipo terrorista fascista, realizados por gente de ultra-derecha, con programas de izquierda". Sobre la recién creada televisión rusa confiesa un cierto escepticismo, aunque reconoce que los mejores profesionales de la televisión oficial se pasaron a la rusa: "Lo que temo -dice- es que se convierta en una televIsión pro Yeltsin y entre en un enfrentamiento directo con la televisión oficial que podría ser muy negativo para el país, que ya tiene suficientes elementos de enfrentamiento".

Molchanov está en la dirección de la Fundación para la Defensa de la Glasnost, creada hace poco más de un mes por un grupo reducido de intelectuales contrarios al resurgimiento actual de la censura, La fundación tiene previsto crear un fondo de ayuda para los periodistas en caso de que si les pasase algo. Sólo en lo que va de año han muerto asesinados seis periodistas. La mayoría de los miembros de la fundación declararon el boicoteo a la televisión soviética por la censura impuesta ante los sucesos del pasado enero en las repúblicas bálticas y la desaparición de algunos programa.s.

Molchanov presentó su dimisión, que no le fue aceptada, y abandonó el partido comunista, pero no es partidario del boicoteo. "Hay que entender -concluye- que el país es inmenso, y para decenas de millones de personas, sobre todo los que viven en la periferia, la televisión es el único medio para conocer lo que pasa en el exterior y en el propio país".

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