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VUELTA 91

Induráin estrechó las diferencias en Cerler

Robert Álvarez

La Vuelta a España reordenó ayer sus argumentos, pero no aclaró las dudas sobre su futuro ganador. El mexicano Raúl Alcalá fue el más perjudicado por la primera etapa de montaña, entre Bossost y el alto de Cerler, de 111 kilómetros, que se adjudicó el soviético Iván Ivanov. El resquicio entre los principales favoritos es ahora de tan sólo 42 segundos, los que separan a Alcalá de Marino Lejarreta y entre los que se encuentran Federico Etxabe y Miguel Induráin. Fiel a su tradición, la carrera española se reserva un enigma: saber hasta qué punto puede mantenerse en el liderato Melchor Mauri, que pese a su presumible debilidad en la montaña resistió en Cerler y mantiene una apreciable ventaja sobre los favoritos.

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El cálculo triunfó sobre la precipitación en la subida a Cerler, la primera digna de calificar de montaña en la Vuelta. El propio Javier Mínguez, director del Amaya, denunció la excesiva impetuosidad del colombiano Fabio Parra, jefe de filas de su equipo, que no dudó en seguir la rueda de su compatriota Oliverio Rincón (Kelme) y, de Marino Lejarreta. En las primeras rampas de Cerler, a poco más de 14 kilómetros de la meta, se desató una batalla de la que pareció inhibirse Induráin. Sin embargo, el líder del Banesto, no hizo sino seguir las consignas de su director, José Miguel Echávarri, quien sabedor de las limitaciones de su corredor en la alta montaña, le aconsejó dosificar sus esfuerzos y no tratar de seguir la rueda de los colombianos a cualquier precio.Lejarreta hizo una ascensión irregular en la que tan pronto pareció lanzado hacia la victoria como frenado por un falso desfallecimiento. Induráin, a cinco kilómetros de la llegada, cuando parecía que las posiciones estaban ya claramente definidas, inició su minucioso y sutil trabajo. Primero impuso un ritmo al grupo en el que viajaba que no pudieron sostener ni Alcalá, ni Fuerte ni Etxabe. A continuación, acompañado únicamente por el colombiano Luis Herrera, fue remontando posiciones hasta superar a Lejarreta, que se conformó con seguir su rueda.

Los favoritos

Los favoritos, no obstante, mantuvieron el tipo. Etxabe, absolutamente solo, apenas cedió unos segundos a Induráin, mientras que Alcalá, en el grupo que viajaba Mauri y Fuerte, consiguió entrar a una distancia lo suficientemente prudencial para mantener notables expectativas en la clasificación general.

En la lucha por la etapa, alejada de la trascendencia de la que libraron los favoritos, el soviético Ivanov confirmó su adicción a justificar su temporada en la Vuelta en la que ha protagonizado episodios inolvidables, como la ayuda que prestó a Pedro Delgado cuando éste ganó en 1989, o el octavo puesto que obtuvo el pasado año.

El corredor soviético sorprendió ayer a todos los colombianos que, fieles a la tradición, lanzaron ataques tan indiscriminados como precipitados tan pronto como empezaron a tener que levantar la cabeza para otear la carretera. Sin embargo, Ivanov siguió una táctica parecida a la de Induráin, y de repente, cuando apenas quedaban nueve kilómetros y la lucha por la victoria parecía reducirse a Parra y Rincón, surgió de una forma sorprendente y ya nadie pudo resistir su pedaleo. A destacar que Cubino perdió más de cuatro minutos.

La etapa se disputó sin mayores problemas, a pesar de que durante los primeros kilómetros nevó ligeramente. Pero aún así, 34 corredores llegaron fuera de control. Tres del Banesto: Gorospe, Mújika y Santamaría, con lo que le quedan a Echávarri sólo cuatro hombres para ayudar a Induráin.

Una vez superado el ecuador de la carrera, y cuando tan sólo quedan tres etapas de montaña, la mayoría de los técnicos españoles aseguran que la cronoescalada de mañana en Valdezcaray aclarará sutancialmente las expectativas de los favoritos. En Valdezcaray, sin embargo, las condiciones metereológicas seguían siendo ayer muy adversas, con niebla, nieve y mucho frío. Los últimos siete kilómetros del recorrido de la etapa de mañana eran ayer inaccesibles incluso para las máquinas quitanieves, con tramos que registraban un espesor de tres metros de nieve.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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