Gil realizó fichajes antes de finalizar las temporadas

Jesús Gil lleva cuatro años como presidente del Atlético de Madrid, y en todos ellos, salvo en el presente, realizó fichajes antes de que concluyera la temporada. Varios de los fichajes de Gil se hicieron en negociaciones directas con los futbolistas, sin consultar con los clubes de origen. Curiosamente, esta es la práctica que ahora denuncia Gil ante la Liga de Fútbol Profesional en el caso del jugador Juan Carlos y el Barcelona.Durante su. campana electoral, Gil tuvo que realizar negociaciones con varios jugadores para poder dar golpes de efecto, aunque no todos pudieron concretarse. Para la temporada 88-89, fichó a Torrecilla, entonces jugador del Valladolid, que se comprometió con el Atlético mediada la temporada 87-88.

Manolo y Baltazar

El 9 de mayo de 1988, cuando quedaban dos jornadas para la conclusión del campeonato, contrató a Manolo, entonces en el Murcia. Una situaci5n similar se produjo con el brasileño Baltazar, al que el Celta de Vigo le ofreció 110 millones de pesetas por renovar, rechazadas por el delantero por haberse comprometido ya con el Atlético.

Para la campaña siguiente Gil fichó a Alfredo, del Getafe, que incluso llegó a jugar algunos partidos del Final de la Liga 88-89. Mediada esa temporada se anunció el fichaje del actual madnÍclista Fernando Hierro, que posó incluso con la camiseta rojiblanza. Aunque el jugador nunca llegó a jugar con el Atlético, la operación le supuso a Gil recibir 25 millones de pesetas.

De los fichajes de la actual temporada, el del zaragocista Juanito fue realizado el 17 de marzo, sin conocimiento de su club y una vez que se rompiesen otras negociaciones del jugador con el Real Madrid. El rayista Juan Sabas fichó el 25 de abril, fecha en la que también se sabía que Julio Prieto, en tonces del Celta, volvería al Atlético.

Jesús Gil dice que trata de solucionar los problemas del fútbol español y arremete contra todo lo que se opone a sus propósitos. A veces incluso tiene razón. Pero lo peor es que parece no equivocarse nunca, según habla y fustiga, o, al menos, olvida cuidadosamente sus propias iniciativas erróneas. En este caso el juego es repetido por muchos clubes, pero él también lo ha hecho. Que no se olvide.