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COPA DE EUROPA DE BALONCESTO

Kukoc desniveló la balanza contra el Scavolini

Luis Gómez

La final de la Copa de Europa tendrá una lectura bien sencilla: enfrentamiento entre Kukoc y el equipo que más ha trabajado en los últimos tiempos por hacerse con el máximo título continental, el Barcelona. Estará Kukoc medianamente solo, respaldado por los restos de lo que fue un gran equipo, el Jugoplastica.Kukoc, sin ir más lejos, se bastó ayer para eliminar las aspiraciones de los italianos. El jueves vivirá, seguramente, su experiencia límite porque el Barcelona tiene más argumentos que el Seavolini. Y tiene, además, a quien fuera mentor de Kukoc, el técnico Maljkovic.

No era aventurado afirmar que italianos y yugoslavos iban a poner en colisión dos escuelas diferentes, pero no tanto en sentido colectivo como individualmente. Podía presenciarse un debate entre la elegante personalidad de Kukoc y ese academicismo europeizado de los americanos Cook y Daye.

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Bastaba echar cuentas para entender una presunta desigualdad, la soberbia pero solitaria acción de Kukoic enfrentada al entendimiento de dos buenos americanos. Por mucho que se multiplicase kukoe, resultaba impensable que alcanzara una actuación omnipresente. Era, en consecuencia, un dos contra uno.

Y a Kukoc no le quedaba otro remedio que delegar una parte del partido a sus companeros para poder elegir el momento adecuado en el que su intervención pudiera ser necesaria, decisiva y continua. Ese momento tenía que llegar en la segunda parte; la primera acabó confirmando la difícil tarea que le esperaba a Kukoc. El yugoslavo llegó al descanso con 10 tantos en su haber por 30 de los americanos.

Pero Kukoe lo hizo posible para elevar al equipo de Split a los altares de una tercera Final europea consecutiva, un hecho sin precedentes en el baloncesto reciente. Kukoc, efectivamente, no podía ser omnipresente, pero hizo un trabajo tan inteligentemente bien dosificado que lo pareció. Limitó su primer periodo al marcaje de Daye. En la reanudación, prefirió colocarse en una posición indefinida, alternando marcajes.

Kukoc hizo cuatro tantos en la reanudación por 23 de sus colegas americanos, pero consiguió que la sociedad que formaban Cook y Daye amenazara disolución en muchos momentos. Y los yugoslavos ascienden así a su tercera final europea y a la posibilidad de un tercer título cionsecutivo. En la final no habrá confrontación de estilos personales. Será el ejemplo límite. Un uno contra cinco.

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