Agassi queda eliminado, y Bruguera y Emilio Sánchez pasan a semifinales

El trofeo Godó contará hoy, por vez primera en los últimos 21 años, con dos semifinalistas españoles: Sergi Bruguera, que ganó al soviético Andréi Chesnokov (6-2 y 7-5), y Emilio Sánchez Vicario, que se impuso al italiano Omar Camporese (7-6 [7-4], 4-6 y 7-5). Bruguera jugará hoy frente al argentino Guillermo Pérez Roldán, que dio la gran sorpresa al eliminar (6-0, 6-7 [4-7] y 7-6 [7-3]) al estadounidense Andre Agassi, segundo cabeza de serie. Emilio Sánchez, que ayer se enfrentó con un sector del público, se medirá contra el argentino Martín Jaite, que eliminó al finlandés Velí Paloheimo (6-1, 4-6 y 6-3).

La supervivencia de Bruguera y Sánchez acrecienta el morbo que algunos ya habían propagado porque, al margen del duelo frustrado entre el primero y Agassi, nada podría levantar mayor expectación que una final entre los dos mejores españoles del momento, que tantas desavenencias -todavía no disipadas- evidenciaron la temporada pasada. Tal vez por ello, buena par te del público mostró actitudes contrarias hacia Sánchez, que respondió con un par de gestos muy explícitos una vez se desembarazó de Camporese. "Es un poco duro que jugando en casa y cuando estás en un momento crucial del partido te abucheen", afirmó el número uno español. "Respeto la opinión de todo el mundo. Yo juego lo mejor que puedo, y punto. Si reaccionan así, sus razones tendrán. Pero deben saber que para ponerles contentos, cuanto más me silben, más voy a luchar". Motivos para sufrir no le faltan a Emilio. Su camino es opuesto al de Sergi. El primero, exento de la primera ronda, ha perdido 47 juegos y ha pasado apuros para derrotar al uruguayo Pérez, al soviético Cherkasov y al italiano Camporese, mientras que el segundo tan sólo ha cedido 18 juegos frente al australiano Woodfor de los alemanes Steeb y Becker y el soviético Chesnokov.Bruguera no dejó escapar la ocasión ayer para continuar su plácido discurrir. Su variedad de golpes, ahora un globo, después una bola con efecto, más tarde un obús al vértice de la pista y un par de raquetazos cruzados fue suficientes para descentrar a Chesnokov, quien habitualmente practica un sólido tenis de fondo.

Mientras que Bruguera resolvió su partido en 1 hora y 22 minutos, Sánchez Vicario precisó 2 horas y 42 minutos frente a Camporese. El jugador italiano se apoyó en su potente servicio para igualar el partido en la segunda manga. "Me estaba matando a pelotazos con su servicio", admitió Emilio. Sin embargo, el jugador español también sirvió con efectividad y cometió menos errores. Ello propició que tan sólo tuviera que esperar su oportunidad, que se produjo en el momento más crítico, en el 11º juego de la manga decisiva.

En el último partido, el argentino Pérez Roldán cortó la trayectoria de Agassi, a pesar de que éste tuvo al público de su lado. El peculiar ídolo estadounidense fue inferior a Roldán, un especialista sobre pistas de tierra que actuó con notable acierto.