Un helicóptero y perros rastreadores buscan a los desaparecidos en Valmayor
Un helicóptero de la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil y varios agentes de este cuerpo acompañados de perros rastreadores se incorporaron ayer a la búsqueda de Juan Antonio Sáez López, de 47 años, y llavier Brugué Arcarons, de 39 años, que desaparecieron el sábado en el embalse de Valmayor debido a las malas condiciones climatológicas.
Desde el domingo, 10 buceadores del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil rastrean el fondo de la zona del pantano conocida como Las Pizarreras, donde se cree pueden encontrarse los cuerpos de los dos desaparecidos.
Fuentes de la Guardia Civil han asegurado que en esta cala se encontraron los vehículos de los deportistas, así como un par de zapatos reconocidos por los familiares de éstos, quienes permanecen continuamente en la orilla del embalse, situado en el término municipal de Valdemorillo, siguiendo las labores de rastreo. Asimismo, el lunes se localizaron dos botas y un par de calcetines a 150 metros de la orilla. Ambos objetos estaban colocados como si alguien los hubiese puesto allí.
Las "pequeñas conclusiones" de la Guardia Civil apuntan hacia la posibilidad de que el bote neumático utilizado por los dos amigos -prácticamente insumergible- permaneciera a la deriva hasta que alguien lo recogió, por lo que el responsable de los buceadores hizo ayer un llamamiento a la persona que lo pudiera haber encontrado para que se ponga en contacto con la Guardia Civil y dé a conocer el punto exacto en el que lo encontró.
Los dos desaparecidos pretendían probar el bote neumático en el pantano de Valmayor, ya que lo habían comprado recientemente. En el vehículo de uno de ellos se encontró otra lancha del mismo tipo, por lo que la Guardia Civil cree que los dos se embarcaron en el mismo bote.
Espíritu aventurero
Personas próximas a Brugué, uno de los desaparecidos, comentaron que éste tenía espíritu aventurero y que era aficionado a realizar ejercicios de supervivencia, descenso por ríos rápidos y travesías por el desierto.Las labores de rescate volvieron a verse dificultadas ayer por la baja temperatura del agua -dos grados- y por la nula visibilidad en el fondo del embalse debido a la turbulencia de las aguas. El rastreo lo efectúan dos buceadores cada vez, "al tacto", en zonas delimitadas. Familiares con prismáticos y miembros, de la Guardia Civil con perros recorrían entretanto el perímetro del pantano, en el que es poco frecuente que se produzcan accidentes de estas características.
Miembros de la Guarcia Civil seguían patrullando a la caída de la tarde ante la previsión de que los cuerpos de los dos desaparecidos pudieran emerger de las aguas, informa Efe.
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