_
_
_
_

Martín López Zubero se convirtió en el printer campeon mundial de la natación española

Martín López Zubero alcanzó la gloria y marcó un hito consiguiendo el primer título mundial para la natación española. No fue en cabeza de la final de 200 metros espalda hasta pasados los 160 metros, pero volvió a demostrar la gran fuerza termina¡ que ya había exhibido en la serie de la mañana. Comió hamburguesas antes de la carrera, supo dominar los nervios y no mostró demasiada alegría por el triunfo. En un alarde de profesionalidad se quejó de la pobre marca que había hecho, 1.59,52, pues creía que para ganar necesitaba un tiempo mejor.

La natación española, que ha ido de fracaso en fracaso sin los americanos [los riadadores españoles que se entrenan en Estados Unidos], le debe un monumento desde ayer a la familia López Zubero. El triunfo de Martín realmente es suyo, de su hermano David, que le precedió en los éxitos mundiales y, ahora ha sido clave para ayudarle, y de su padre, José Luis, que se ha empeñado en que sus hijos, aún con la doble nacionalidad por haber nacido en Estados Unidos, naden representando a España. La natación española sólo recoge sus triunfos en el historial, sin haberlos formado.Tras su victoria, el nadador acabó haciendo de traductor bilingüe en la conferencia de prensa posterior y tuvo que recodar en inglés que tiene la doble nacionalidad, que estudia historia en Jacksonville (Florida) y aparte de reconocer que no habla fluidamente el español tampoco tuve inconveniente en reconocer que no es tan famoso como Severiano Ballesteros o como el Real Madrid. Pero su victoria de ayer le ha colocado definitivamente en el restringido salón de la fama del deporte español.

Favorito

Martín demostró ya sobradamente en la serie matinal sus enormes posibilidades de imponerse después en la final. Aunque había confesado que tenía más confianza en ganar medalla en los 100 espalda del próximo sábado, ocuItó a todo el mundo el gran enfado por su mal calentamiento del martes en los 100 mariposa. Con una marca lejos de lo que esperaba comprobó que no tenía rapidez, pero se mentalizó de que estaba en Australia para las pruebas de espalda.

López Zubero hizo 28.85 y 59.88 segundos en los dos primeros virajes de su serie. Pero su fortaleza salió ya a relucir antes del tercero y sus últimos 50 metros fueron impresionantes, Terminó en 2.00,73 minutos con 1,14 segundos de ventaja sobre el alemán Richter y, lo que pareció más significativo, superó en el conjunto de las series por más de segundo y medio al italiano Battistelli (mejor marca mundial del año, dos centésimas por debajo de Martín. 1.59,48 por 1. 59,50) ya sus inmediatos rivales el soviético Selkov (1.59,83) y el propio Rouse (2.00,13). En natación, mucho más que en otros deportes que también se miden con el cronómetro, dificilmente surgen los milagros. El nadador se enfrenta sin más tácticas que sus fuerzas a una calle de agua y el tiempo marca la ley.

De todas formas, Martín no estaba tranquilo y los nervios podían con él al mediodía. Iba a nadar por la calle 4, la de los campeones y eso le inquietaba. Para relajarse, se fue a comer hamburguesas cerca del hotel donde se hospeda la expedición española. No parecía muy dietético antes de un trance tan importante, pero tenía que hacer lo que le gustaba para distraerse y de paso asentar el estómago afectado por una colitis reciente. La otra receta, ya en la piscina, fue escuchar música hasta poco antes de lanzarse al agua. Pink Floyd y Billy Idol fueron sus acompañantes hacia el triunfo.

El español, tras hacer unos completos ejercicios de flexibilidad, confirmó ya en la salida cuánto ha mejorado. Enseguida se puso en cabeza, pero también dejó claro que no tenía rapidez. En los primeros 50 mnetros pasó 4% con 28,41 segundos, tras Selkov (27,92), el otro soviético Shemetov (28,04), Rouse (28,25) y el húngaro Deutsch (28,32), 3a Mejor marca en las series y que nadaba al lado de Martín por la calle tercera. López Zubero confesó que los nervios se le pasaron en cuanto se tiró al agua porque ya no tuvo tiempo de pensar y durante la carrera sólo vio a Deutsch y a Richter, que nadaba en la otra calle contigua, la quinta. Ni se había enterado de la escapada de los soviéticos, siempre temibles en espalda.

A los 100 metros la cosa se puso aún peor, pues Battistelli le superó también. Incluso lo hizo el canadiense Draxinger, en la calle 6. El español parecía tranquilo porque superaba a Richter, siempre penúltimo, y a Deutsch descolgado al último puesto. Eran precisamente los dos que controlaba, aunque era 61. Sin embargo quedaba su reacción en los últimos 100, como en la serie. Los pasó en 59,24 segundos, más rápido que por la mañana y a los 150 metros ya era tercero. El italiano, a los 160 metros ya era el único que resistía. Tal vez ahí le ayudó a Martín el cansancio del rival pero él termino a toda máquina como es su costumbre. Miró al marcador, vio la marca y no le gustó. Apenas hizo un gesto de triunfo con el puño cerrado.

"He venido para ganar porque me he entrenado muy fuerte para ello y estoy contento de ser campeón del mundo, pero el tiempo es muy malo", comentó. Su 1.59,52 quedó muy lejos del récord mundial que posee en 1.58,14 el soviético Igor Poliariski. El nuevo campeón del mundo movió los brazos, cada 50 metros, 33, 34, 35 y 38 veces. Su mayor ritmo fue claramente decisivo. Martín comentó que el viento que sopla en la piscina -de gran calidad- mueve el agua y tal vez eso perjudicara la marca. Él mismo salió mal del primer viraje y rozando la cochera. "Ahora voy a descansar dos días y a ver si puedo ganar otra medalla el sábado. El título será difícil".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_