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Una selección que acusa el aislamiento del país

El de hoy es el partido que España hubiese querido postergar para el último compromiso del grupo, como lo fue en la fase clasificatoria de la Eurocopa de 1988. Aquel 15 de noviembre de 1987, España venció por 5-0 (triplete de Bakero y uno para Michel y Llorente) en el Benito Villamarín, mientras Rumania no pasaba del empate a cero en Viena. Esta vez le conviene a la selección de Luis Suárez, al margen de una victoria que todos dan por descontada, tomar precauciones goleadoras de cara a un grupo complicado que puede decidirse por diferencia de goles. En la última jornada, España perdía en Praga, Francia daba otro paso al frente al ganar por 0-1 en la irregular superficie del estadio Qemal-Stafa de Tirana, donde España cerrará el grupo. Sin hacer un gran partido, Francia hizo lo justo y se deleitó ante la falta de remate de los albanos.

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Ya lo había avisado el seleccionador francés, Michel Platini. "Albania posee buenas individualidades", dijo. "Sus hombres tienen una técnica bastante buena y suelen ser incómodos al menos durante la primera parte, sobre todo cuando juegan en casa. Pero físicamente sufren durante el segundo tiempo".

En aquel partido, los albaneses sólo tiraron dos veces sobre la portería francesa. Su técnico, Agron Sula, no tuvo reparos en echar las culpas a su capitán Suleiman Demollari, el semi-calvo de 27 años encargado de crear juego en el centro del campo albanés. "Ha estado irreconocible", sentenció tras la derrota, "y eso explica nuestra debilidad ofensiva en el terreno de juego".

Agron Sula ha vuelto a la selección con ambiciones de sumar poder ofensivo al juego albanés. Es un ejemplo del ambiente de paulatino aperturismo ahora más evidente en el país más hermético de Europa. Sula goza de un rango casi profesional como seleccionador y se le ha permitido realizar dos stages en Italia, en el complejo deportivo de Coverciano, cerca de Florencia.

Es un hombre que se dio a conocer como entrenador del Flamurtari de Vlora cuando tenía tan sólo 27 años y ahora, a los 38, cumple su segunda etapa como seleccionador. Ya desempeñó este papel entre 1986 y 1988, pero el regreso del hijo pródigo se debió al escándalo producido en mayo pasado.

Regresando hacia Tirana desde Islandia, la selección hizo escala en Londres y la policía británica sorprendió a cuatro miembros de la expedición en pleno ensayo del tirón en la salida de Heathrow. Como consecuencia, sanciones a perpetuidad para los cuatro jugadores implicados y retirada de confianza al entonces seleccionador Beikuch Birce.

Últimamente los futbolistas si bien siguen sin ser profesionales, cobran unos modesto sueldos y primas. Pese a ello casi todos los seleccionados siguen desplazándose en bicicleta, una cosa expresamente prohibida en muchos contratos occidentales.

Todavía se recuerda también la visita del Flamurtari a Barcelona. Llegó pidiendo botas y uniformes y se despidió con un día de retraso por habe perdido el avión. Según las malas lenguas, lo que quería Flamurtari era llevar durante 24 horas más una vida de cinco estrellas.

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