Debra Winger

La actriz norteamericana Debra Winger no sólo se enamoró de Tánger (Marruecos) durante el rodaje de la película El cielo protector. Según declaró a la revista norteamericana Vanity Fair poco después de que concluyera la filmación, también se enamoró del escritor Paul Bowles, el personaje cuya vida da cuerpo a la película.El amor de Winger y Bowles se inscribe en el capítulo de las relaciones platónicas, pero ha dejado al descubierto la personalidad de la actriz, una de las más complejas y enigmáticas de Hollywood y de quien se dice que "usa su cuerpo como cualquier otro puede usar su boca".

La protagonista de Urban cowboy, Oficial y caballero, Terms of endearment, Betrayed y Black widow se declara abiertamente "interesada en el sexo y en las relaciones con los hombres". Su vida es un reflejo de esa afirmación.

Su gran amor es el gobernador de Nebraska, Robert Kerrey, a quien conoció durante el rodaje de Terms of endearment, su mejor película. Pese a que reconoce que Kerrey es la persona que más la ha entendido, la actriz le abandonó para casarse con el actor Timothy Hutton -Ordinary people-, con el que tiene un hijo, Emanuel Noé, y del que se divorció, pocos meses después de contraer matrimonio al no poder superar las diferencias intelectuales y personales que había entre ambos.

Winger, una judía de Cleveland nacida hace 30 años y que militó en el Ejército de Israel durante todo un año, reconoce que se encontró a sí misma en Tánger y que su identificación con el norte de África fue una de sus más "grandes" experiencias personales. Lo curioso es que la actriz no quería aceptar el papel que le ofreció Bernardo Bertolucci, que inicialmente había pensado en Melanie Griffith, porque no se sentía con ánimos de rodar una película tan lejos de EE UU.

Durante la filmación de El cielo protector, en el que interpreta el papel de Jane, la esposa del escritor Bowles, quedó fascinada por Tánger y la vida interna del escritor. Durante la filmación se les podía ver juntos a todas horas y los miembros del equipo comenzaron a cruzar apuestas sobre el tipo de relación que ambos mantenían a pesar de la declarada homosexualidad del escritor.

Winger sonríe cada vez que le preguntan hasta dónde llegó su relación con Bowles y sobre este tema ha declarado: "Compartimos cada momento de descanso, íbamos juntos a comer, a cenar, y en el plató estábamos siempre cerca el uno del otro; él tiene 79 años y estoy segura de que si él hubiera sido más joven y yo más vieja hubiéramos conectado".