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Alfonso Guerra dice que no se opone a la ponencia política del PSOE porque "no existe"

Anabel Díez

El vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, trasladó a las federaciones de su partido la responsabilidad de que exista o no una ponencia política para que sea debatida en el 32º congreso, que se celebrará el próximo noviembre. El vicepresidente no acogió de buen grado esta sugerencia, que fue formulada por Ramón Vargas Machuca en el comité federal del 7 de julio y que ha dado pie a algunos ministros y dirigentes del partido para que acometan esta tarea.

Alfonso Guerra fue ayer en Sevilla poco explícito respecto a su visión personal sobre si debe o no haber una ponencia política en el 32º congreso. Preguntado sobre si se oponía, señaló: "Esto es como un crucigrama, cómo me voy a oponer a algo que no existe". A continuación señaló: "¿Por qué no voy a estar de acuerdo?". "Las agrupaciones pueden proponer la ponencias que quieran y si hay una, dos o tres, pues mejor". En su habitual estilo de responder con preguntas al ser requerido sobre si le constaba que había sectores interesados en que abandonara el Gobierno, dijo: "¿Ese interés está fuera o dentro del partido?". "Yo creo que más bien está fuera", dicho todo en un tono bastante moderado, según informa Lourdes Lucio.Lo cierto es que la comisión ejecutiva federal del PSOE no había previsto la posibilidad de que hubiera una ponencia política y ya no tiene posibilidad de elaborarla, al haber sido aprobados los documentos básicos en el último comité federal, por lo que toda modificación depende ya de las agrupaciones y federaciones a través de enmiendas, cuyo plazo termina en septiembre. Ahora los documentos aprobados han sido distribuidos a todo el partido y sobre esa base se elaborararán alternativas. Los textos que fueron aprobados por unanimidad en ese comité federal fueron el manifiesto 2.000, la ponencia de política municipal y otra de organización.

Un documento de coyuntura

Dirigentes del PSOE echan de menos en esos textos un documento político "de coyuntura" al ser el 2.000 un texto de estrategia política para los próximos años. En este sentido, se expresó en el citado comité federal el diputado Ramón Vargas Machuca al comienzo del debate sobre las tres ponencias citadas, lo que dio lugar a que el vicepresidente respondiera que no era momento para hablar de ese asunto.Esta reacción ha sido interpretada por dirigentes del PSOE y algunos ministros como una respuesta negativa a que hubiera una ponencia política, por lo que algunos de ellos se disponen a elaborar un texto durante el verano y presentarlo como corresponde a través de alguna federación.

Miembros de la ejecutiva dieron ayer una interpretación más benévola de la reacción de Guerra y aseguran que la negativa no fue al tema de fondo, sino al procedimiento y señalaron que cualquier federación puede ahora presentarla.

Manuel de la Rocha, portavoz de la corriente de opinión Izquierda Socialista, manifestó ayer que "sería útil un documento político de ese estilo, dado que el manifiesto 2.000 es muy genérico". De la Rocha, no obstante, señaló que su corriente no elaborará una enmienda en este sentido, aunque actualmente está preparando un buen número de ellas a los tres documentos. Los miembros de esta corriente se reunirán a mediados de agosto para debatir sobre las ponencias que están ya elaborando a través de distintas comisiones.

Ejecutiva más plural

El coordinador del Programa 2.000, Manuel Escudero, reconoció que el manifiesto "no es un documento de coyuntura porque su objetivo era otro, cual es señalar la estrategia de los socialistas para los próximos años, aunque cualquier federación es libre para enmendar y añadir lo que quiera". Según Escuero, "es una idea equivocada" la consideración de que con el 2.000 no habrá debate, ya que si no lo hubiera sus expectativas se habrían frustrado. "De los pronunciamientos estratégicos del 2.000 deben salir medidas de política concretas", lo que se hará a través de las resoluciones que el Congreso tendrá que votar.A tres meses de la celebración de ese congreso, está ya prácticamente perfilada la naturaleza de los debates de los socialistas. Por un lado, lo que se ha dado en llamar "renovación" ideológica, política y estratégica, y de otro la apertura de la actual comisión ejecutiva a personas de distinta extracción, incluidos ministros y destacados dirigentes regionales. En este sentido, ayer se manifestaron tanto el secretario general del PSC-PSOE, Raimon Obiols, como el presidente del Senado, Juan José Laborda, en declaraciones respectivas a la agencia Europa Press.

Obiols dijo que la ejecutiva actual no era "monolítica", sino "homogénea", aunque se mostró partidario de que fuera másplural.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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