Cervantes, en las antípodas

El Príncipe de Asturias se compromete a impulsar el estudio de la lengua española

, ENVIADO ESPECIALHabía dejado de llover. Eran las 10.30 del martes en las antípodas de España, 10 horas más tarde que en la Península, y los profesores y un grupo de alumnos del Departamento de Español se arremolinaban en el acogedor rectorado de la Universidad de Aucklnd para recibir al Príncipe de España. "El español que estudiáis y que enseñáis en este departamento", declaró el Príncipe, "es ya casi el segúndo idioma más hablado del mundo; por ello contáis con todo mi entusiasmo y decisión para apoyar la creación, en la Universidad de Auckland, de la cátedra Príncipe de Asturias para la en...

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, ENVIADO ESPECIALHabía dejado de llover. Eran las 10.30 del martes en las antípodas de España, 10 horas más tarde que en la Península, y los profesores y un grupo de alumnos del Departamento de Español se arremolinaban en el acogedor rectorado de la Universidad de Aucklnd para recibir al Príncipe de España. "El español que estudiáis y que enseñáis en este departamento", declaró el Príncipe, "es ya casi el segúndo idioma más hablado del mundo; por ello contáis con todo mi entusiasmo y decisión para apoyar la creación, en la Universidad de Auckland, de la cátedra Príncipe de Asturias para la enseñanza y la difusión de la lengua y cultura españolas que vuestras autoridades académicas nos han solicitado".

El encuentro con la sección de español de la Universidad de Auckland (que cuenta con 360 alumnos matriculados en 1990), sirvió para dar el nombre de¡ Príncipe a un programa de patrocinio para estudiantes de español en las antípodas para que amplíen sus estudios en España.Para Roy C. Boland, nacido en 1950 en Alabama, Estados Unidos, aunque de madre salvadoreña y abuelos asturianos de Cangas de Onís, que ejerce de profesor titular de la sección de español de la Universidad de Auckland y catedrático en Melbourne, las dictaduras latinoamericanas (sobre todo tras la caída de Salvador Allende) tuvieron el paradójico resultado de beneficiar la extensión del español en las tierras de Australia y Nueva Zelanda, debido al gran número de emigrantes económicos y políticos que provocaron.

Auge

Tanto Boland como Sally Harvey (Croydon, Reino Unido, 1946), jefa del Departamento de Español en la Universidad de Auckland, son, unos declarados fervientes difusores del idioma de Miguel de Cervantes y pronostican un auge creciente del español en Nueva Zelanda y Australia. Sus alumnos comparten ese entusiasmo. A Raquel Wadd, 20 años, que se expresa como todos sus compañeros en un casi perfecto castellano, le gustan Ramón J. Sender y Federico García Lorca.Antonella Coppulino, de 25 años, llegó hace 13 años de Italia. Su padre recibió clases de inglés de su madre neozelandesa en Palermo y, en su personal historia, el sur de¡ mundo pudo más que el norte. Ahora estudia español como segunda lengua. Gillian Chappell, de 20 años y el aspecto de una Catherine Mansfield, adolescente, fue a Honduras con un programa de intercambio y se enamoró del español.

"Quería conocer otras culturas. A pesar de ser isleños, o precisamente por serlo, sabemos mucho de otros países", dice. Le gustan Mario Vargas Llosa y Gabriel García Lorca, y asegura tener una vida muy rica en Nueva Zelanda.

España de moda

Esa vida la descubrió Ángela Fernández Sánchez, madrileña de 36 años, que desde el mes de abril pasado trabaja de asesora lingüística para Nueva Zelanda. Ella, que es considerada por sus colegas como una misionera y pionera de la lengua española, se define, además, como una apasionada desde hace años por la. antípodas.Por su parte, Beatriz Magri, nacida en Barcelona, con 23 años e edad, que llegó el año pasado en un intercambio, asegura que España está de moda en Nueva Zelanda. "Les encanta el turrón y casi todo lo español", afirma. La vida le parece demasiado tranquila, "porque no tienen el consumismo español". Añade Beatriz que está dispuesta a pasar un año residiendo allí, pero no toda la vida porque, según explica, "los neozelandeses son más mortecinos que vivaces".

Súbditos honorarios

"Su Alteza Real, como se diría en España, aquí tiene usted su casa y sus súbditos honorarios, y esperamos que vuelva pronto a visitarnos". Así terminaba la intervención de Sally Harvey ante don Felipe de Borbón en el Rectorado de la Universidad de Auckland durante uno de los momentos más cálidos de la visita de] Príncipe de Asturias a Nueva Zelanda y AustraliaHarvey es, junto a Roy C. Boland, editora de Antípodas, una revista bilingüe (en inglés y español) de estudios hispánicos, que ha editado hasta la fecha dos números: el primero, dedicado a Mario Vargas Llosa, y el segundo, a la poesía española entre 1939 y 1989. Actualmente están preparando un tercero, dedicado a la novela española y latinoamericana de los ochenta, que irá expresamente dedicado al Príncipe de Asturias.

Es preciso escuchar a estos españoles honorarios para entender que algo ocurre en las antípodas. Los propios estudiantes de español lograron que el momento tuviera esa emotividad que uno tiene desterrada como impropia de la edad adulta. La representante de los estudiantes de español dijo al Príncipe: "Comprendemos muy bien la gravedad de su responsabilidad como heredero de la Corona de España". En nombre de sus compañeros le entregó un libro y la camiseta del equipo de rugby de la Universidad de Auckland: "Siempre que la lleve puesta, acuérdese de los estudiantes de español".

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