13 personas mueren calcinadas en un accidente cerca de Mérida
Un total de 13 personas fallecieron calcinadas ayer en el accidente ocurrido a las 14.15 en el punto kilométrico 349 de la radial 5, Madrid-Lisboa, a la altura del cruce de Arroyo de San Serván, a cinco kilómetros de Mérida (Badajoz). Una furgoneta se empotró contra un camión, incendiándose después. Murieron todos los ocupantes del primer vehículo, chabolistas de Madrid que regresaban de visitar a un familiar preso.
La furgoneta Mercedes-Benz, matrícula M-7387-HL, conducida por José Montoya Gabarra, que viajaba en dirección a Mérida, se empotró contra el camión M-4611-CB. El conductor de este último vehículo era Antonio Martín Sánchez. El primer automóvil, que embistió por detrás al camión, se vió envuelto rápidamente en llamas, pereciendo calcinados sus 13 ocupantes, cinco hombres, cinco mujeres y tres niños, todos ellos chabolistas de Madrid. Los viajeros regresaban de visitar a Julio Fernández Navarro, preso en la cárcel de Badajoz."Ni salió nadie, ni fue posible sacar a nadie. El vehículo era una bola de fúego", declaró después el juez instructor del caso, Carlos Carapeto, tras hablar con el conductor del camión. "El conductor se bajó pero no fue posible acercarse", añadió el juez instructor.
Olor a quemado
"Un fuerte olor a quemado se extendió por toda la zona", manifestó un camarero del restaurante Las Mazas, próximo al lugar del accidente. La furgoneta quedó en tal estado que fue imposible extraer los cadáveres. Unas horas después un camión transportó el vehículo al cementerio municipal de Mérida, en donde con notable esfuerzo fueron recuperándose uno a uno los cadáveres. A media tarde se intentaba identificar los restos humanos, labor muy difícil por el estado en que se encontraban. Sólo apareció la documentación del conductor, José Montoya.El camión regresaba, cargado de grava, de una gravera situada en las proximidades del accidente. Pertenece a la empresa Sani, de Almendralejo, propiedad de Joaquín Costa Montillano. Fuentes de la Guardia Civil declararon a Efe que, aunque la cabina del camión también se vió afectada por el fuego, el conductor pudo abandonar el vehículo y salvar su vida. El conductor, Antonio Martín Sánchez, prestó declaración en la tarde de ayer en las dependencias de la Guardia Civil de Mérida y se negó a hacer declaraciones.
En el cementerio municipal de Mérida se personaron el vicepresidente de la Junta de Extremadura, Antonio Ventura, y otros miembros del Gobierno autónomo extremeño. "Es una tragedia cruenta", declaró el vicepresidente Ventura, que añadió encontrarse allí con instrucciones concretas del presidente de la Junta de Extremadura para ayudar en todo lo posible.
"Quizás el conductor de la furgoneta intentó salir, pero no así el resto de los ocupantes", señalaron fuentes de la Guardia Civil. Los fallecidos regresaban de Badajoz, donde al parecer habían visitado a un familiar interno en el centro penitenciario de la capital pacense.
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