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Uno de los hermanos acusados de asesinato en Valladolid asume toda la responsabilidad

Juan José Garfia asumió ayer toda la responsabilidad en las muertes de¡ policía municipal Daniel Prieto, el guardia civil Avelino Martín Fuentes y el industrial Juan Ignacio Ortiz, ocurridas en septiembre de 1987 en las cercanías de Valladolid, y exculpó a su hermano Carlos y a la novia de éste, Begoña Álvarez. El juicio contra los hermanos Juan José y Carlos Garfia González, acusados de tres asesinatos, se inició ayer en la Audiencia Provincial de Valladolid.

Carlos Garfia y su novia también cargaron sobre Juan José la autoría de los hechos y negaron tener conocimiento de que en el coche robado en que viajaban iba una escopeta de cañones recortados con la que el presunto responsable realizó los primeros disparos contra los policías municipales.El juicio contra los hermanos Garfia se desarrolló en la Audiencia Provincial de Valladolid en medio de una gran expectación y con la sala repleta de personas, entre las que se hallaban el padre y los hermanos de los acusados y familiares de los fallecidos. Juan José Garfia, tranquilo y frío, indicó que sólo él conocía la existencia de la escopeta, que introdujo en el coche mientras su hermano iba a buscar a su novia.

Admitió que al ver cómo se detenía un vehículo de la Policía Municipal pensó que le detendrían y que tendría que volver a prisión, ya que se encontraba en libertad condicional y aún le restaban dos años de condena. Cuando preguntó: "¿Les doy?", tanto Carlos como Begoña le dijeron que no, pero él efectuó dos disparos. Aseguró que su íntención no era matarles sino herirles.

Otro automóvil

Después de arrebatarles los revólveres, vio cómo se detenía otro automóvil. Cargó su escopeta y encañonó al vecino de Medina del Campo Juan Ignacio Ortiz, quien agarró el cañón y forcejeó con él antes de recibir un disparo mortal. Más tarde volvió a abrir fuego contra el conductor del coche policial, que estaba saliendo del vehículo "ante el temor de que tuviera otro arma". Por su parte, Carlos y Begoña afirmaron que tuvieron miedo de Juan José. "Ternía que pudiera disparar sobre mí y que no me dejara marchar, por eso le seguí; hacía lo que él decía", señaló Carlos.

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Juan José asumió asimismo ser el principal protagonista del tiroteo sostenido con una pareja de la Guardia Civil a la mañana siguiente, en el que murió Avelino Martín Fernández. Reconoció también que al día siguiente, ya en Valladolid, disparó "aunque al aire y para que me soltaran" cuando un guardia civil de paisano que le había llevado en auto-stop pretendía trasladarle a una comisaría.

Estas versiones se contradicen parcialmente con la exposición del único testigo que declaró por la mañana, el policía municipal Miguel Mongil, herido en el primer incidente. Este señaló que le sacaron del coche y le tiraron a la cuneta; que alrededor del vehículo policial había varias personas, lo que indicaría la presencia de Carlos y Begoña y no sólo de Juan José, y que escuchó una voz femenina que decía: "Vamos a quemar el coche con ellos dentro". Este testimonio podría llevar a que la acusación particular pidiese un nuevo procesamiento de Begoña Álvarez por inducción al asesinato. El fiscal solicita en sus conclusiones 90 años de prisión para los hermanos.

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