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Entrevista:

"La incomprensión exterior quema mucho"

Aíto García Reneses, técnico del Barcelona, afronta el asalto a la Copa de Europa de baloncesto

Robert Álvarez

Aíto García Reneses afronta por segundo año consecutivo la final four de la Copa de Europa. La inesperada derrota del año pasado en Múnich ha dejado en la plantilla del Barcelona y en su técnico un poso de insatisfacción, pero es una experiencia única y especialmente aprovechable ante la semifinal contra el Aris, el martes, en Zaragoza. Las lesiones, la preparación óptima del equipo, la forma de hacer frente a la tremenda presión que debe soportar ante este acontecimiento son aspectos que Aíto espera haber corregido para no tropezar dos veces en la misma piedra.

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"Mi preocupación es que rindamos al nivel de nuestras posibilidades"

Pregunta. ¿Cuál es la forma ideal de afrontar las semifinales de la Copa de Europa?Respuesta. Sin ninguna lesión, ni semilesión tan siquiera. Afortunadamente hemos podido entrenarnos al completo desde hace varias semanas. Ello nos ha brindado la oportunidad de seguir mejorando algunos aspectos de nuestro juego, a pesar de que no haya resultado nada fácil debido a que en el ambiente flota, desde hace varias semanas, la idea de que todo funciona maravillosamente cuando la realidad es que existían varios aspectos en los que debíamos mejorar. Precisamente en la medida en que lo hayamos conseguido dispondremos de más opciones para ganar. Sólo me preocupa que nos acerquemos a nuestro nivel máximo.

P. Curiosamente, nadie recuerda que el Barcelona padece la baja de un jugador importante como Steve Trumbo. ¿En qué medida influye su ausencia?

R. En la medida en que el equipo dispone de menos recursos. Pero muchas veces se aprovechan mejor los recursos cuando son menores. Por ejemplo, cuando se dispone de un equipo en el que habitualmente juegan sólo cinco jugadores, la compenetración es más rápida y sus componentes se encuentran cómodos. Traduciendo esto a nuestra situación es lo mismo. Es más fácil que los jugadores se encuentren cómodos si son ocho seniors más dos juniors que si son 12. Si el equipo es más completo, es más difícil que llegue al cenit de sus posibilidades pero tiene más recursos.

P. ¿Cuál es la referencia más válida para aquilatar las posibilidades del Barcelona ante su compromiso en la Copa de Europa?

R. La que más sirve es el estado de forma presente, pero no elevándolo al éxtasis porque un día hayamos jugado bien o siendo derrotistas porque en otro momento no nos hayan salido las cosas. Lo que cuenta es la línea trazada durante las últimas semanas. Aunque hay muchos condicionantes en un partido que pueden hacer que cambie casi todo. Pero si en algo hay que basarse es en eso.

Sin favoritos

P. ¿Se atreve a colocar a alguno de los cuatro equipos en el papel de favorito?R. Siempre rehúso hablar de este tema porque los pronosticadores de lluvia ya son muchos. Y al decir pronosticador de lluvia me refiero satíricamente a que cuando alguien vaticina algo está en su derecho de hacerlo y también está en su derecho de decir al día siguiente que el que se ha equivocado es el que no ha puesto la regadera encima. Pero yo también estoy en mi perfecto derecho de pensar que eso no es correcto. Estoy acostumbrado a los pronosticadores que achacan la equivocación al Joventut en Las Palmas, al Español en Leverkusen, al Barcelona de fútbol en Sevilla o al Barcelona de baloncesto en Múnich. Mi conclusión a tantas equivocaciones es que el pronóstico era el que estaba equivocado.

P. ¿La experiencia del año pasado en Múnich modifica muchas cosas?

R. No. Yo espero que las circunstancias no sean las mismas en la parte que corresponde al Barcelona, porque fuimos allí con Norris todavía en baja forma por las secuelas de una lesión. Desde la perspectiva del ambiente exterior sí se pueden modificar algunas cosas. Pero no puedo controlar ese ambiente exterior.

P. ¿En qué medida les sirve esa experiencia?

R. Siempre se aprende de una competición que hemos podido ganar. Pero hemos sido buenos deportistas en un sentido que nadie aprecia: no quejarnos de los árbitros, no poner reparos a la victoria del rival y, simplemente, aceptar la derrota porque los otros pueden ser mejores. Existe otro punto que quema bastante: la pesadez de la incomprensión exterior de mucha gente que no puede entender una derrota y otros a los que no les interesa comprender.

P. ¿Cuál fue la clave para que el año pasado, tras la derrota en Múnich, resurgiesen de forma instantánea ante una situación tan difícil?

R. Los rivales en España eran inferiores a los de Múnich, sobretodo al Jugoplástica, porque el partido por el tercer y cuarto puesto contra el Aris no sirve de referencia. Otro punto fue el amor propio de la plantilla por intentar superarse y dar el máximo de sí mismos, incluso en las situaciones más difíciles.

P. ¿Recordar Leverkusen, Sevilla, Múnich, es una estrategia para mentalizar a los jugadores, a la Prensa, a la afición o a todos ellos?

R. No. La plantilla está mentalizada. Lo que pasa es que no podemos aislarnos completamente y mentalizar a los elementos exteriores al equipo. Es absolutamente imposible porque carecemos de medios para conseguirlo. No es una estrategia, sino una respuesta ante una pregunta determinada. Yo no hago ningún artículo incidiendo en cosas de este tipo, sino porque la gente me pregunta acerca de quién será el favorito, como si fuese una cosa fundamental, y yo creo que no lo es tanto.

La Prensa

P. Cuando fichó por el Barcelona dijo que las relaciones con la Prensa es un tema por el que iba a intentar, por lo menos, no preocuparse. ¿Lo ha conseguido?R. Creo que completamente. Lo que pasa es que hay una cosa inevitable. La Prensa tiene una influencia enorme sobre la opinión pública, y en tanto en cuanto esa opinión pública tiene influencia sobre el equipo sí es un motivo de preocupación. Personalmente pienso que he asimilado bastante bien todos los problemas que representa.

P. La relación con el público también se deterioró en Múnich. ¿Qué consecuencia extrae de cuanto aconteció en tal sentido?

R. La primera es que los que estamos en una situación pública nos vemos expuestos a este tipo de cosas con más o menos razón. La segunda es que esa crítica fue mayor fuera del Palau que en el Palau.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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