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El Estudiantes dio la cara ante el Barcelona

Luis Gómez

LUIS GÓMEZ El Estudiantes dio la cara, pero todo el ruido que hizo durante 37 minutos se disolvió finalmente ante la afinada maquinaria azulgrana. El Barcelona selló el marcador estudiantil a falta de casi tres minutos. Puesto el cerrojazo, se limitó a ganar el partido con encomiable espíritu profesional. Es decir, un par de canastas de Epi, un par de tiros libres de Ferrán Martínez y una entrada eficaz de Solozábal. El Barcelona reparte belleza o eficacia según el día de la fecha o la trascendencia del partido. Ayer era sábado y su propósito llevarse dos puntos de Madrid, así que se puso a la faena.

Claro está que ponerse a la faena con el Estudiantes no siempre es sencillo porque este equipo aspira biológicamente a compararse con los grandes. Pero, una vez visto el empuje que le puso al choque y el esfuerzo que desarrolló por aspirar a la victoria, cabe concluir que el Barcelona resolvió la papeleta con pulcritud y sin desmerecer la labor del contrario. Uno de los secretos del Barcelona, que adornan la madurez que ha alcanzado, radica en que dispone de múltiples soluciones aplicables en cada partido. Puede transformarse en un equipo de altos o de bajos, en un equipo rápido o lento, puede transmutarse en arma ofensiva o cerrarse según correosa disciplina defensiva. Ayer, naturalmente, el Barcelona no necesitó de tantos recursos: le bastó Jiménez en el primer tiempo, dos bases para abrir boca en el segundo y un clásico juego de baloncesto control en los tres últimos minutos. Epi sólo transformó cuatro canastas, pero dos de ellas entraron en los dos últimos minutos.

Epi reflejó exactamente la practicidad no exenta de diversidad que rodea a los azulgrana. Jugaba lo justo y, cuando tomaba asiento en el banquillo, se colocaba una faja. Sí, una faja, que no es un utensilio in digno. Cuando Aito le ordenaba salir para solucionar algún entuerto, pues Epi se quitaba la faja. Hubiera podido, quizás jugar con ella puesta, pero naturalmente no es estético y puede de que esté contraindicado Como Epi actuó Costa, aunque sin faja, o ese americano comodín que es Wood, un tipo que desarrolla el carácter ideal para el juego colectivo.

El Estudiantes, pues, no tuve, otro remedio que pelear sin denuedo para mantener una idea de victoria. Lo consiguió gracias a su ardor reboteador, a su rapidez y a la buena prestación que le dio el base Azofra en la reanudación cuando suplió a Antúnez. Cuando el Barcelona parecía amenazar con sentenciar el choque de un plumazo (50-58), Azofra recuperó a su. equipo porque unió decisión y paciencia a sus acciones Gracias a él, el juego permaneció abierto y emocionante hasta ese período final. Ahí, el Barcelona tiró de libreto.

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