El único superviviente

Debe de ser el sino de los equipos medianos. Un día alcanzan la cima y al siguiente se deslizan por la pendiente. El Betis descendió tras ganar la Copa del Rey; el Español, después de alcanzar la final de la Copa de la UEFA; ahora parece que el Valladolid sigue sus pasos. El equipo pucelano es cuarto por la cola en la Liga, con siete negativos, y en la Recopa es el único equipo español superviviente en Europa.

El Valladolid recibe mañana al Mónaco en partido de ¡da de cuartos de final de la Recopa, y lo hace inmerso en una profunda crisis. Tras dos años de calma y asentamiento en Primera División, bajo la dirección técnica de Vicente Cantatore, tres entrenadores han pasado por el banquillo del equipo en la actual temporada. La situación ha desatado fuertes críticas a la gestión del presidente, Miguel Ángel Pérez Herrán y a la del entrenador y secretario técnico, Fernando Redondo.El ahora técnico pucelano sucedió hace un año en la secretaría técnica del club a Ramón Martínez, contratado por el Barcelona. Su gestión en esa parcela es criticada. "Sólo recuerdan ahora los errores que cometí, los fichajes que no dieron resultado, pero parece que olvidan que, por ejemplo, yo hice debutar a Eusebio [actualmente en el Barcelona] y que traje a Ravnic [el portero yugoslavo del equipo] por cuatro perras", se queja.

Rebelión

También se habla de una rebelión de los veteranos contra el anterior entrenador, Moré. El presidente puso en el disparadero a Minguela, capitán del equipo, contando públicamente un supuesto comentario privado del futbolista. Según Pérez Herrán, Minguela dijo que Moré no valía para entrenar. El jugador reconoce que habló con el presidente sobre Moré, pero matiza: "Lo único que le dije fue que Moré no motivaba a la plantilla como Cantatore".

Luis Mariano Minguela, 30 aflos, no se siente líder de una rebelión ni se considera maldito: "Cuento para todos los entrenadores y sólo dejé de jugar por decisión del técnico un partido, contra el Celta".

Minguela cree que la causa del bajón que sufre el equipo es consecuencia del exceso de confianza: "Empezamos la Liga creyéndonos demasiado buenos y no luchamos como debíamos. Después empezamos a cargarnos de negativos y vinieron los cambios de entrenador. Skoblar se fue cuando el equipo tenía tres negativos. Moré lo dejó en menos cinco. Cuando se trae a un entrenador nuevo, nunca se sabe si es para bien o para mal". Pero la confianza inicial se ha trocado en nerviosismo. "En casa nos puede la responsabilidad, no somos capaces de marcar un gol. Y eso que a los cuatro equipos que hemos batido en Zorrilla, si exceptuamos al Rayo, son conjuntos grandes. Fuera de casa es más fácil: salimos a que no nos marquen más que a ganar, y hemos conseguido varios empates", reconoce Minguela.