Debate televisado preelectoral de los líderes politicos japoneses
Reunir a los cinco principales líderes políticos nacionales en un debate electoral televisado es algo que en Japón no se repetía desde 1960. Ayer sucedió, pero muy a la japonesa, sin acaloramientos ni discusiones, y con algún que otro aislado incidente de humor. Fueron tres horas de televisión en directo en las que el primer ministro, el liberal Toshiki Kaifu, explotó al máximo la crisis de los países del Este europeo.
Kaifu dijo que el socialismo no tiene sentido en este país y poner de ese modo en entredicho la posibilidad de una alternativa de Gobierno dirigido por la socialista Takako Doi.El debate se celebró en la sede del club de prensa nacional, en Tokio, un día antes del comienzo oficial de la campaña para las elecciones legislativas del próximo día 18. Además de Kaifu y Doi participaron los líderes de los partidos Komeito (budista), comunista y socialdemócrata, Koshiro Ishida, Tetsuzo Fuwa y Eiichi Nagasue, respectivamente. El primer ministro fue quien había ofrecido a los otros rivales mantener un pulso antes de los comicios. Ayer no logró lucir las dotes de orador que se le acreditan, pero consiguió resarcirse del desaire de los grandes jefes de su partido, que no le permitieron pronunciar ningún discurso, en contra de lo que es tradicional, cuando anunció la disolución de la legislatura el pasado mes. "No es justo que me den sólo dos minutos para responder a los ataques de mis otros cuatro oponentes", afirmó en un momento del debate. Pero en realidad ninguno de ellos, incluído el irritado primer ministro, llegó a crear un clima electrizante ni aportó nuevas ideas al discurso político. Un sondeo realizado poco después del programa, y al cual respondieron más mujeres que hombres, dio vencedora a la socialista Doi. El debate se celebró a primera hora de la tarde, lo cual dificultó que pudiera ser seguido en directo por gran parte de la población trabajadora, y sí por las amas de casa, uno de sus principales pilares.
