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Sufrida victoria del Valencia ante el Celta

Los Reyes Magos no fueron todo lo generosos que el Valencia esperaba. Porque no les trajeron grandes ideas, ni les otorgaron la cualidad de jugar mejor al fútbol. Más bien parece que se llevaron parte del saber hacer que ha permitido a los pupilos de Espárrago mantenerse en los primeros puestos de la clasificación de Liga. Pero, por lo menos, no se llevaron la suerte, que, una vez más, permitió al Valencia ganar un partido. Porque el primer gol vino en un golpe de suerte, en un claro fallo defensivo del Celta que aprovechó Fernando. Los Reyes Magos tampoco fueron muy generosos con el público, que tuvo que soportar una primera parte muy aburrida, aunque en la segunda tuvo ocasiones para pasarlo mejor. Sólo el árbitro pareció haber recibido un buen regalo: debieron dejarle un silbato que, sin duda, tenía muchas ganas de estrenar, porque en la primera parte pitó numerosísimas faltas. Menos mal que en la segunda, cuando al parecer ya había superado la novedad del regalo, el árbitro vasco se moderó en el uso de su instrumento.Todos los datos previos al partido daban al Valencia como claro favorito. La buena marcha del Valencia, la escasa entidad del rival, sumido en el penúltimo lugar de la clasificación, y el recuerdo del partido de ida de la eliminatoria de octavos de final de la Copa del Rey, en el que los pupilos de Espárrago endosaron cinco goles al conjunto vigués, hacían esperar un partido cómodo y sin complicaciones para los de casa.

La primera parte fue verdaderamente infumable. Una veintena de minutos tardaron los visitantes en tirar a puerta. Y más de media hora necesitaron los locales para hacer lo propio. El juego se desarrollaba por entero en el centro del campo, con algunas incursiones de los delanteros a ambas áreas, aunque sin peligro y sin llegar a controlar nunca la posesión de la pelota. El partido no reflejaba la distancia que separa en la clasificación a ambos equipos. Así, la primera parte fue tediosa. Valencia y Celta empataron a desaciertos, a saques de esquina y a balones al larguero.

Menos mal que al poco de empezar el segundo tiempo una ingenuidad de Mandía, que falló en su cesión a Maté, fue aprovechada por Fernando para marcar el primer gol de la tarde. De no haber llegado ese gol, probablemente la segunda parte no hubiera sido muy diferente de la primera. El gol permitió ver más juego, porque el Celta abrió. líneas y permitió al Valencia jugar con comodidad.

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