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Villar matizará algunos aspectos del 'proyecto Gil'

El presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel Villar, estudiará durante la próxima semana el proyecto de profesionalización de los árbitros elaborado por el del Atlético de Madrid, Jesús Gil, y matizará algunos de sus aspectos. Villar expuso días atrás a los colegiados que cuentan con su apoyo, respeto y consideración, pero que la autocrítica y la reforma son necesarias "incluso con sacrificios personales", en alusión a la continuidad o no de José Plaza en su cargo de dirigente. Alguno, como Mazorra Freire, le contestó en el sentido de que les estaba creando una situación incómoda y que, ante ella, podrían plantear medidas de fuerza. Otros tres, Ramos Marco, Peralta Ibáñez y Soriano Aladrén, consultados ayer por este periódico, coincidieron en que la propuesta de Gil es inviable hoy por hoy, pero quepodría ser una alternativa futura si se cambiasen las estructuras y, sobre todo, desde la perspectiva de los jóvenes.El 90% de los colegiados respondió negativamente a una encuesta promovida a últimos de la temporada pasada por su comité nacional sobre su interés en profesionalizarse. Ésta fue la rápida contestación de Plaza a una insinuación de Villar al respecto. A primeros de mes, la intervención de éste en su asamblea para exponerles que "ciertos cambios son precisos" tampoco fue bien acogida. En la federación se sigue pensando, no obstante, que hay que buscar soluciones a los problemas arbitrales, aparte los presupuestarios -su asignación se ha incrementado de 13 a 49 millones de pesetas-, y que alguna podría pasar, si no por su profesionalización, por su pseudoprofesionalización.

La mayoría de los árbitros admite que determinadas puertas se les abren en sus actividades privadas por su condición de tales -"Sánchez Arminio es el que vende", ha reconocido el internacional cántabro recientemente retirado a propósito de los 300 millones que factura al año como representante de Kraf, los cuales le suponen comisiones importantes-, pero los hay que afirman haberlas desligado de su imagen futbolística, que es secundarla y se deriva de una afición. Así que en general, no son partidarios de profesionalizarse.

Contrastes

Ramos comentó ayer que "algunos ganan con sus ocupaciones más de lo que ganarían con el proyecto Gil"; Peralta, que "la cuestión de fondo es la diferencia de mentalidad de España en relación con la de otros países, como el Reino Unido o la República Federal de Alemania, en los que a los colegiados no se les hace protagonistas", Y Soriano, que "habría que variar la filosofía". Ninguno de ellos descalificó a Gil, del que elogiaron "sus inquietudes", pero coincidieron en que su proposición "no eliminaría los errores humanos" y en que, por añadidura, es inviable porque "la FIFA propugna el amateurismo de los árbitros y abandonarlo equivaldría, por ejemplo, a despedirse de actuar en partidos internacionales".Este último riesgo no existiría, según un portavoz federativo, con la pseudoprofesionalización, que sólo exigiría a los colegiados una mejor preparación en todos los órdenes. En su opinión, se debe modificar la estructura básica porque ni existe una escuela que garantice un óptimo relevo generacional. Precisamente, Ramos, Peralta y Soriano no descartaron que la posibilidad de ser árbitros profesionales pudiera ser una alternativa para los jóvenes, "aunque uno bueno no se improvisa en pocos años".

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