Antonio López

El cuarto de baño, de Antonio López, sale hoy a subasta pública en Madrid por un precio de entre 120 y 160 millones de pesetas. El cuarto de baño se convertirá así en el cuadro con el valor más elevado para una obra contemporánea en España. Pintado a principios de los años setenta, El cuarto de baño es una de las obras de Antonio López, ese hombre amable e incapaz de decir no, con las que asegura encontrarse tranquilo. Sin embargo, esa tranquilidad con la que contempla desde la distancia El cuarto de baño se ha convertido estos días en algo inquietante. Él trata de estar lo más alejado posible de este fenómeno, pero dice que sólo a ratos lo consigue. Ayer, en su estudio madrileño, Antonio López, considerado como uno de los grandes maestros del realismo, dijo que el pintor ni provoca ni alimenta, al menos en su caso, este fenómeno desmesurado y astronómico en que se ha convertido lo que él llama "la aventura del arte". "Es un fenómeno que ocurre fuera de tus propios circuitos. Vivimos en una sociedad en la que la aventura del arte se ha convertido en un hecho económico. El arte ha conseguido un enorme prestigio, lo que, unido al capitalismo feroz, ha dado lugar a este fenómeno".Para Antonio López, este fenómeno tiene sus aspectos positivos y negativos. "Lo positivo es que el arte ha adquirido gran valor para el ciudadano; por eso, el arte se va a respetar, y mucha gente, por primera vez, mirará y tratará con respeto una obra de arte. Lo negativo es que se habla demasiado del precio. Hay una especie de morbo e histeria colectiva por ver si el precio de un cuadro va a superar otro anterior. Por ejemplo, de Los lirios, de Van Gogh, se habla más del precio alcanzado que del cuadro en sí, de su belleza".

Antonio López, que sabe que las cantidades pagadas por su trabajo tienen una importante repercusión para el futuro, no desea esos precios para su obra, "porque no los necesito", aunque no deja de reconocer que el hecho de vender un cuadro para un artista supone la culminación de su trabajo por lo que significa de aceptación de su arte.

Este hombre exigente consigo mismo, de manos rudas y mirada cálida, que el próximo día de Reyes cumplirá 54 años, dice que lo importante es trabajar con calma y salvar esa parte íntima que se necesita para trabajar. Asegura tener conciencia de los valores que tiene, porque "hago lo que tengo que hacer" pero que siempre se queda pequeño al lado de su modelo. "Yo parto de la realidad, esa realidad inmensa, inacabable. Siempre me quedo pequeño al lado del modelo; mi trabajo es siempre un reflejo de esa realidad".

De su obra vendida le gustaría recuperar una escultura de madera policromada que hizo de su hija María cuando tenía dos años (ahora tiene 27), que tiene un particular en Nueva York. Antonio López, que recuerda con alegría la venta de sus primeros cuadros, cuando era un pintor desconocido, no sólo porque necesitaba el dinero para seguir pintando, sino por la confianza depositada en él por esos compradores aventureros, espera que hoy El cuarto de baño lo adquiera alguien realmente interesado por la belleza intrínseca del cuadro y no como una inversión económica sin más.