Obreros del 92
Los albañiles del estadio Olimnico de Montjuïc critican las disputas entre Pujol y Maragall
FELICIANO FIDALGO En 1992 el Estadio Olímpico de Montjuïc será una rnetáfora/festín heredera del verde laural de los dioses antiguos. Hoy, no. "No me creo nada de todos los políticos; y eso que yo tengo las ideas claras y nadie me las va a cambiar, y voy a votar": principio y fin de los peones, albañiles, jefes de equipo, empleados de mante nimiento, hombres, mujeres, ciudadanos medios de la creación del efímero deportivo.
El recelo puede y, el nombre de pila se omite, pero el jefe de equipo Antonio no teme: "Los socialistas ya sabemos lo que son; tiene que haber un giro a la izquierda". Otro: "Esta campaña es pobre, no ofrece nada". Otro "Yo estuve en un mitin y no saqué lo que se dice nada de nada". Uno más: "El único que parece algo es Anguita, pero tampocoo lo veo como gran candidato".
Hay aquí catalanes, algunos nacieron en Sevilla, otros en Aragón, todos saben lo del nacionalismo ambiente: "Se quiere conseguir un país independiente y si lo consiguen mejor para ellos".
¡A qué hablar de televisión, de programas electorales, de modernidad al uso, de la imagen de esta civilización.!. Mierda. "A lo que van todos es a llenar los bolsillos; es su oficio; ¿para qué quiero yo la política?; sí que votaré, y como todos de algo me entero, pero no me interesa nada de lo que predican; que hablen de empleo fijo y bien pagado". José, joven, ojos y ojeras encendidos: "Hay que colgarlos a todos del cuello; hace falta uno que traiga la igualdad". Su compañero dice lo que es el socialismo: "Hay que ser obrero o saber lo que es eso". ¿Miguel Boyer es socialista?: "No sigo su rollo".
Todos a la vez: mala cosa que Pujol le haga la puñeta al alcalde Maragall en esto de los Juegos: "El pueblo es el que pierde".
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