Otra oportunidad para velocistas.
La séptima etapa llevará a la caravana desde Poitiers a Burdeos, una ciudad clásica en recibir al Tour año tras año. La carrera se acerca ya a los Pirineos, que comienzan el lunes, y los recorridos seguirán llanos hasta entonces. El trazado de hoy, con 258,5 kilómetros, tiene sólo 500 metros menos que el de ayer. Será el segundo día más largo, y otra oportunidad para los rodadores y los velocistas, aunque ayer volvió a aguarles la fiesta un llanero solitario.
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