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La ley china sobre reuniones excluye protestas contra el sistema

ENVIADA ESPECIALLas protestas contra el liderazgo del Partido Comunista Chino, el sistema socialista y la Constitución quedan excluidas de la nueva ley sobre el derecho de reunión y manifestación en China. Diversos artículos de ésta se hicieron públicos ayer, cuando se cumplía un mes de la entrada de los carros de combate en Tiananmen para acabar con las protestas estudiantiles. "Más parece una ley sobre el derecho de alabar que sobre el de protestar públicamente", afirmó un diplomático europeo al revisar el proyecto, que ha tardado más de 10 años en elaborarse.

Al parecer, muchas de las restricciones que presenta la ley están relacionadas con las últimas manifestaciones estudiantiles, que comenzaron en abril pasado. Entre ellas se exige a los organizadores que digan el propósito de la manifestación, los textos de los carteles y pancartas y el número exacto de participantes. "Es absolutamente ridículo", señaló a este periódico un joven obrero de Pekín.

Para que el departamento de Seguridad Pública conceda el permiso a los organizadores, éstos han de dejar su ficha completa y comprometerse a que durante la marcha no se unirá nadie. A pesar de ello, la policía tiene derecho a investigar en cualquier momento a los manifestantes para ver si se corresponden con los datos facilitados.

El proyecto señala también que no se podrá celebrar ninguna manifestación cerca de los edificios estatales, instalaciones militares, aeropuertos, estaciones, residencias de huéspedes ilustres, embajadas, consulados o cualquier otra dependencia diplomática. Afecta también a las manifestaciones de extranjeros, quienes para unirse a las manifestaciones de los chinos necesitan un permiso especial.

Ley de Prensa

Presentado el lunes por el primer ministro, Li Peng, al comité permanente de la Asamblea Nacional Popular, se espera que sea aprobado sin cambios notables durante la sesión que actualmente celebra éste. Estaba previsto que aprobara también la primera ley de Prensa, pero el Gobierno, empeñado en una campaña de propaganda y purificación socialista de los periodistas y responsables de medios informativos, decidió retirar el proyecto.

Las autoridades siguen guardando un silencio absoluto sobre la detención del periodista taiwanés Huang Tchpei. El Gobierno de Pekín ha acusado a chinos "infiltrados" de Estados Unidos, Hong Kong, Macao y Taiwan de haber alimentado la protesta estudiantil y ha transmitido por la televisión cintas de sus servicios de espionaje que mostraban, la participación de 12 taiwaneses ya detenidos en las manifestaciones a favor de la democratización del régimen.

Huang, corresponsal de un diario de Taibei, fue capturado el lunes después de entrevistarse con Wang Dan, líder estudiantil sobre el que pesa una orden de busca y que posiblemente ha sido también detenido.

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