Marisa Vicario: "Por primera vez he visto llorar a mi hija"
, Arantxa Sánchez Vicario arrastró en París una cohorte de seguidores, familiares o autoridades, que vivieron con tanta o más intensidad que ella la final de Roland Garros. Marisa Vicario, que acompañó también a su hija en la final de dobles mixtos -Arantxa y Horacio de la Peña (Argentina) perdieron ante Bollegraf y Nijssen por 3-6,7-6 (7-3) y 6-2)-, estaba muy preocupada por el cansancio físico de su hija -"va a estar tres días con dolores en todo el cuerpo"-, pero al mismo tiempo se mostraba inmensamente feliz por la victoria ante Steffi Graf: "Es la primera vez que la he visto llorar", comentó.
"Ha sido muy emocionante", añadió. "Yo creo que todavía no se ha dado cuenta de lo que ha hecho". Arantxa estuvo presente anoche en una recepción en la embajada española en París -como el año pasado tras ganar Perico Delgado el Tour-, donde también estaba Montscrrat Caballé, que está actuando en la capital francesa.Marisa acompaña a su hija .todo el año. Emilio, el padre, sólo ha estado en París la última semana: "Durante el partido, yo trataba de ayudarla", dijo el padre de la tenista. "Pero me dí cuenta de que en realidad estaba hablando conmigo mismo sobre lo que debía hacer".
Mientras Matías Prats, el comentarista de TVE, decía "por fin he narrado una victoria histórica", Javier Gómez Navarro, el secretario de Estado para el Deporte, añadía: "Nunca había visto una victoria tan angustiosa de un deportista español. He sufrido muchísimo, tanto como en la final de dobles de Seúl, donde Sergio Casal y Emilio Sánchez Vicario ganaron la medalla de plata. Pero vale la pena sufrir cuando además se gana. He sentido casi más emoción que el día que Casal venció a Becker en la Copa Davis. En el tenis es donde he vivido los momentos más emocionantes".
Josep Lluís Vilaseca, director general de Deportes de la Generalitat, reconoció: "Yo creo que nadie la creía posible. Nosotros viajamos a París por estar junto a ella, casi como algo protocolario. Pero ha sido muy emocionante".
La mujer del presidente de la Federación Española de Tenis dijo: "En el palco había mucha gente llorando de la emoción viendo precisamente a Arantxa llorar de alegría".
Juan Núñez, el entrenador chileno que trabaja con Arantxa desde febrero, era quizás el único que confiaba en ella: "Es una persona muy especial. Fuera de la pista es muy simpática, muy dulce, muy cariñosa. Pero cuando comienza el partido, se convierte en una leoria".
Núñez, que nunca entró entre los 100 primeros del mundo y dejó el tenis en 1981, entrenó a Chris Evert antes de hacerse cargo de Arantxa. "Chris me enseñaba más a mí que yo a ella. Por eso decidí trabajar con Arantxa, porque tiene 17 años y mucho que aprender".
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