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José Antonio Olmeda

Un civil, investigador de los ejércitos

Carlos Yárnoz

José Antonio Olmeda, de 32 años, doctor en Ciencias Políticas y Sociología, es el primer civil que está dedicado desde hace años a investigar en profundidad la estructura interna de los ejércitos, el uso de sus presupuestos y la cualificación de sus profesionales. No duda en afirmar que, hasta ahora, ascender por antigüedad se ha convertido en un auténtico "chollo" para los militares, pero destaca que su escasa titulación -no convalidable en el sector civil-, junto al excesivo crecimiento de las plantillas y el envejecimiento de los mandos, ha hecho de los ejércitos españoles una organización anquilosada.

Como investigador en la Fundación Ortega y Gasset, Olmeda está centrado ahora en un análisis sobre los ejércitos en la transición. Es la continuación de un libro que acaba de publicar bajo el título Las Fuerzas Armadas en el Estadofranquista: participación política, influencia presupuestaria y profesionalización. Para este sociólogo, los ejércitos españoles, y especialmente el de Tierra, están pagando hoy las consecuencias de una errónea política militar desarrollada durante el régimen de Franco."Yo era una persona politizada, de izquierdas, y, en lugar de dedicarme a medrar en la política, opté por la Universidad, por la investigación", responde al preguntarle por su interés en estudiar la estructura militar. ¿Pero se puede vivir de esto? "Está claro que no. Es evidente que no", responde entre risas.

Olmeda ha sido criticado por algunos jefes militares por las conclusiones a las que llega en sus trabajos. No es extraño, porque, por ejemplo, pone de relieve que los ascensos se han obten ido hasta hoy por simple antigüedad, lo que ha originado "un envejecimiento generalizado" en los empleos más altos y "un crecimiento elefantiásico". "Al final del franquismo había más generales, jefes y oficiales que suboficiales, o sea, la pirámide estaba invertida, lo que no tiene parangón en toda la OTAN".

Olmeda denuncia además que en las últimas décadas hubo una f'alta total de planificación presupuestaria, un exceso de gastei de personal y una descoordinación permanente entre los ti-es ejércitos.

Para él, sin embargo, "la gran asignatura pendiente" en el área militar es la modificación total del "subsistema educativo". En su opinión, la enseñanza y la formación militares no pueden tener sólo un enfoque interno, sino también una proyección exterior, de modo que puedan. existir mecanismos legales para retener a los profesionales que realmente interesen. "Pero hoy", dice, "sólo una exigua minoría de militares está cualificada".

Por todo ello, a Olmeda le parece necesaria la aprobación de una ley de la Función Militar, aunque enseguida añade que "las leyes no cambian la sociedad". Incluso con esa ley aprobada, el Gobierno garantizará a los militares de carrera alcanzar como mínimo el grado de coronel. "Me parece un chollo. A mí, en la Universidad, nadie me garantiza que llegaré a vicerrector. Ni siquiera a catedrático".

Para Olmeda, sin embargo, el necesario incremento de la cualificación debe ser paralelo al incremento salarial de los militares. "Estamos en el siglo XX y Defensa tiene que pagar bien a la gente que considera valiosa para su organización. Ya no vale aquello de que bastante bien pagados están con servir a la patria".

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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