Manuel Fraga lanza hoy el Partido Popular como clave de la renovación del centro-derecha
Alianza Popular (AP) inicia hoy en Madrid su noveno congreso nacional, en el que Manuel Fraga vuelve a tomar oficialmente el liderazgo y se reincorporan a la política activa varias personalidades destacadas del centro-derecha, en especial Marcelino Oreja y Rodolfo Martín Villa, en un propósito conjunto de organizar una alternativa real al PSOE. Con la elección del equipo dirigente del Partido Popular -nombre que sustituirá al de AP para simbolizar la refundación-, Fraga inicia, además, la preparación de "una más ordenada sucesión" a su liderazgo.
Disipada desde octubre pasado la duda de si el fundador de Alianza Popular regresaría a la presidencia del partido, la incógnita en estos momentos es quién será el candidato conservador a la presidencia del Gobierno. El Congreso que hoy comienza, y que se prolongará todo el fin de semana, ofrecerá el plantel de personalidades en quienes Fraga más confía -situadas en las vicepresidencias nacionales del partido-, pero no despejará la incógnita de la persona que él considera como su sucesor y candidato a la Moncloa.Marcelino Oreja, secretario general del Consejo de Europa, cuenta con la disposición de Fraga para erigirse en rival de Felipe González si obtiene unos buenos resultados como cabeza de lista en las elecciones al Parlamento Europeo, que se producirán el próximo mes de junio. Pero la perspectiva de unas elecciones legislativas anticipadas y, probablemente, la reticencia ante un advenedizo" que defiende con entusiasmo el deslizamiento de AP hacia la Democracia Cristiana arranca en los dirigentes aliancistas la advertencia de que "el único con arrastre electoral es Fraga".
Ayer mismo, José María Aznar manifestó en el Club 78 que no va a forzar nada para convertirse en candidato a la presidencia del Gobierno de la nación, pero le da miedo "ese envite".
Equipo de confianza
Fraga acude hoy al Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid con una lista completamente cerrada del equipo ejecutivo que, como candidato a presidente del Partido Popular, presentará a los 2.840 compromisarios. José María Aznar, Miguel Herrero, Abel Matutes, Marcelino Oreja, Félix Pastor e Isabel Tocino son las seis personas que propone como vicepresidentes. Los estatutos del nuevo partido, que serán debatidos esta tarde, le autorizarán a designar otras dos vicepresidencias, probablemente destinadas a José Antonio Segurado y Pío Cabanillas, todavía presidente y vicepresidente del Partido Liberal, comprometido a una inminente autodisolución.
Si bien la refundación está dirigida en parte a facilitar un entendimiento con los grupos regionalistas, otras fuerzas de centro -en especial el CDS- e incluso los partidos nacionalistas, la mayor parte de estos se desentienden de los nuevos planes de Fraga y Oreja.
Un destacado dirigente del CDS ha manifestado a este diario que el Partido Popular "es una reedición de la Coalición Popular de 1982 y 1986. La figura clave sigue siendo Fraga, no Oreja ni mucho menos. Se trata de una operación de salvamento de algo que iba a pique". Respecto a posibles variaciones en la estrategia de alianzas para desalojar al PSOE de Ayuntamientos y Comunidades Autónomas, el mísmo dirigente centrista subrayó que "no existe ninguna variación. No tenemos ni adversarios ni aliados naturales".
Anticipándose a la entrevista que tras éste Congreso mantendrán Manuel Fraga y Adolfo Suárez, un relevante parlamentario centrista advirtió: "Si alguien espera de Suárez algo más que expresiones de máximo respeto personal es que desconoce en qué términos aceptó la invitación que le hizo Fraga". Asimismo, un portavoz del PNV se expresó en términos críticos hacia Marcelino Oreja, "que es un diplomático, no un polílico. Su llegada no nos dice nada, a la vez que con Fraga nos sucede todo lo contrario. En definitiva, nosotros no creemos que Alíanza Popular vaya a cambiar gran cosas".
No obstante, uno de los candidatos a vicepresidente del Partido Popular defendía ayer que el primer objetivo de la operación no es otro que recuperar los votos perdidos desde las últimas elecciones legislativas. "Si en 1986 alcanzamos el 26% y ahora estamos en el 18 o 19%, según las encuestas conocidas, es obvio que nuestra primera tarea consiste en recuperar lo que se ha perdido y consolidar nuestro voto", afirmó el mismo dirigente.
Por su parte, el Gobierno socialista, que se ha mantenido distante de la crisis atravesada por AP en los últimos meses, ha mostrado su interés porque del Congreso de hoy surja una fuerza política con la que llegar a acuerdos en aIgunos asuntos, en concreto en política autonómica.
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