Los malos resultados del año

La cuenta de resultados del Banesto a lo largo de los 10 primeros meses de este ejercicio ha tenido una curva descendente en lo que se refiere a los generados por la actividad típica y se ha tenido que recurrir a crecientes ventas de inmuebles y participaciones accionariales en sociedades industriales para poder equilibrar el resultado final.Si bien los resultados no han sido en los primeros meses del año precisamente espectaculares, los generados a partir del segundo cuatrimestre han ido empeorando a marchas forzadas. De hecho, señalan miembros del Consejo de Administración que tienen acceso a los números del Banesto, "los resultados de octubre han sido muy malos", y, sobre todo, señalan otras fuentes, "el Banco de España está preocupado no sólo por este hecho, sino porque la inspección puede haber detectado que se han hecho operaciones de maquillaje para que aparecieran como resultados típicos ingresos que no pueden considerarse como tales".

Rentabilidad

Los problemas de la cuenta de resultados, según estas mismas fuentes, se concentran en algunas operaciones llevadas a cabo por el actual equipo de gestión en los primeros meses del año, que han hecho perder rentabilidad a una parte importante de las inversiones realizadas."Desde el punto de vista estratégico", afirman estas fuentes, "es posible que las operaciones de adquisición de acciones de las isas -sociedades de cartera de Banesto en las que estaban depositadas una parte importante de las participaciones accionariales de las empresas vinculadas- o las compras de paquetes en algunas eléctricas sean positivas, pero a corto plazo no".

"La rentabilidad de las inversiones, obtenidas mediante los dividendos que estas compañías reparten, es nula en algunos casos o muy pequeña, y siempre inferiores a la rentabilidad alternativa de colocar esos fondos en operaciones de crédito a grandes empresas o al consumo", añaden.

Otro de los problemas que presentan las cuentas de resultados de Banesto se refieren al elevado crecimiento de los gastos de explotación, que, según algunas fuentes consultadas, se sitúan en torno al 20% sobre los del mismo período del año anterior". Los gastos de explotación suelen crecer en torno a lo que lo hace la inflación, aunque, si se produce un fuerte esfuerzo inversor, este porcentaje puede aumentar algo más, pero, añaden estas fuentes, "un incremento de ese tipo no parece justificado, salvo por el hecho de fuertes aumentos en gastos de personal, en asesores externos o en excesos en el afán de patrocinar buena parte de las actividades extrabancarias que están teniendo lugar en España en estos meses".